AP / La Voz de Michoacán Buenos Aires, Argentina. La votación para elegir presidente en Argentina concluyó el domingo en unos comicios altamente polarizados que podrían poner en riesgo la reelección del conservador mandatario Mauricio Macri y dar pie al regreso del kirchnerismo al poder. Las encuestas de boca de urna que difundieron los canales de cable Todo Noticias, C5N y América, las principales cadenas periodísticas, señalaban que el candidato opositor Alberto Fernández, que va acompañado en la fórmula del Frente de Todos por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), aventajaba a Macri, líder de Juntos por el Cambio. Por ley no se pueden difundir porcentajes de encuestas de boca de urna hasta tres horas después del cierre de la votación. Poco después de que se conocieran estos resultados, Fernández dijo a periodistas congregados a las afueras de su casa que este es un “gran día” y “la Argentina va a andar bien”. Por su parte, Macri pidió en su cuenta de Twitter “paciencia y tranquilidad mientras se cuentan los votos. Más que nunca fuerza a los fiscales responsables de cuidar la voluntad de la gente y gracias por su compromiso”. Los votantes esperaban con expectación los primeros resultados oficiales, que no se difundirán hasta después de las 21 horas (0000 GMT). Bernarda Nidia Guichandut y su hermano, Esteban Carlos, que llevaron a sus padres nonagenarios a votar, dijeron a The Associated Press que esperan que Fernández no consiga el apoyo suficiente y haya una segunda vuelta en noviembre. Recibí una cadena de WhatsApp para rezar diez Ave Marías, para llegar aunque sea al ballotage y que no se defina todo hoy. Es importante porque si volvemos a la época de Kirchner que hubo tanto robo, tanta malversación de fondos y distintas cosas” Sebastián Gramajo, de 39 años, que circulaba en bicicleta con unos amigos, votó por “una tercera opción”. “No estoy de acuerdo con ninguno”, dijo al criticar a Macri por haber gobernado “para demostrar que podía mejorar las cosas y no las mejoró” y cuestionar también al opositor por pertenecer a un espacio que estuvo 12 años en el poder sin tampoco lograr avances. Alberto Alonso, de 32 años y empleado en un comercio, dijo que apoya a Fernández porque es la única salida “para que termine con Macri”, al que acusó de ser “una farsa y un desastre” porque propició la “fuga de capitales” y no apoya a los trabajadores. En el comando de campaña de Fernández, que funciona en un centro cultural del barrio de Palermo en la capital, reinaba un clima festivo y esperaban los resultados escuchando temas de rock argentino. Afuera, frente a un escenario con pantallas gigantes, se agolpaban militantes kirchneristas, algunos con bombos. En el complejo de exposiciones a la vera del Río de La Plata donde el oficialismo levantó su centro de campaña prevalecía la cautela. Salvo por una partidaria envuelta en una bandera argentina y otro con una blanca y la leyenda “Sí, se puede”, los asistentes permanecían pendientes de sus móviles mientras en los altavoces sonaba música latina. Para ser elegido presidente es necesario alcanzar al menos 50% de los votos o por lo menos 40% y una diferencia de diez puntos respecto del segundo candidato más votado. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dijo a periodistas que la jornada electoral “transcurrió mayormente en tranquilidad y paz” al margen de “alguna irregularidad” en localidades de las afueras de Buenos Aires y otros puntos del interior del país “que la justicia electoral deberá analizar”. Según el funcionario, más del 80 % del padrón concurrió a votar, un porcentaje considerado alto. Se esperar contar con al menos 10% de los votos computados de la capital y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba antes de dar a conocer los primeros datos oficiales. Marcos Peña, jefe de gabinete, señaló por su parte que “en las próximas horas habrá un panorama más claro respecto a las tendencias”. Santiago Cafiero, uno de los asesores más cercanos a Fernández, afirmó en tanto que el candidato del peronismo centroizquierdista mejoró el resultado obtenido en las primarias abiertas y obligatorias del 11 de agosto, cuando resultó el más votado con 47,78% de los votos respecto del 31,79% obtenido por el presidente. “Estamos muy confiados”, sostuvo. Macri intenta prolongar su presidencia cuatro años más en un contexto de caída de la actividad económica e inflación y Fernández aspira a reemplazarlo en el poder con el apoyo de los votantes que desean la reinstalación de políticas que mejoren el bienestar social. En las elecciones se eligen presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales. Además compiten otros cuatro candidatos que representan espacios desde la izquierda hasta la derecha y que tienen un apoyo muy limitado. Macri, bien visto por los mercados, Estados Unidos y otras potencias, afronta el veredicto de las urnas en medio del descontento social por sus promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación y reactivar la economía. La pobreza se incrementó en el primer semestre del año alcanzando al 35,4% de la población, el desempleo subió en el segundo trimestre al 10,6% y la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue de 37,7%, según datos oficiales. El resultado favorable a Fernández en las primarias profundizó una fuga de capitales y derrumbó el peso argentino por el temor de los inversores al regreso del populismo kirchnerista, lo que recalentó la inflación y agudizó la crisis social. Aun así, la imagen de Fernández no se resintió, según las encuestas. Tampoco pareció afectarle demasiado el recelo que provoca la exmandataria, quien afronta varias investigaciones judiciales y un juicio por supuesta corrupción cometida durante su gestión. Las elecciones en Argentina tienen lugar en un contexto regional convulsionado por el estallido social en Chile, la crisis política en Bolivia y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible. Se celebran además de forma simultánea a las de Uruguay, donde la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio no tiene asegurada su revalidación en el poder.