Con 29 años muere joven neerlandesa que solicitó eutanasia por sufrimiento físico y emocional grave

El pasado mes de abril había concedido una entrevista en la que reveló que había pedido a las autoridades de su país que le permitiesen acabar con su sufrimiento, informó La Vanguardia.

Agencias / La Voz de Michoacán

El pasado miércoles con tan sólo 29 años murió Zoraya ter Beek, la joven neerlandesa (Países Bajos) que solicitó y obtuvo la eutanasia por problemas severos de salud mental, tras ser diagnosticada con depresión severa, autismo y trastorno límite de la personalidad.

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La noticia de su fallecimiento se dio a conocer por varios mensajes publicados en las redes sociales en los últimos días por algunos de sus amigos de su circulo más cercano.

De acuerdo con lo señalado por medios locales de Países Bajos, la joven gozaba de una buena salud física y vivía con su novio en Oldenzaal, una localidad cercana a la frontera con Alemania.

El pasado mes de abril había concedido una entrevista en la que reveló que había pedido a las autoridades de su país que le permitiesen acabar con su sufrimiento, informó La Vanguardia.

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Cabe resaltar que Países Bajos fue primer país que legalizó la eutanasia, esto en 2002.

"Para la gente que lo llamó un farol, que la llamó p**a de atención. Discúlpate y ve a sentarte en un rincón. Pregúntate, ¿eres parte del problema o de la solución?", escribió uno de sus amigos vía X.

En su critica el amigo de Zoraya ter Beek, además de confirmar su muerte, compartió que partió de este mundo, tal y como deseaba: en el sofá de su casa, sin música y acompañada de su pareja.

El post fue acompañado por otros, entre ellos el de una de sus amigas en el que mostraba su fecha de nacimiento y muerte, lo que sugiere que Zoraya pudo haber planeado morir el día de su aniversario número 29, sin embargo, falleció 20 días después.

El caso de Zoraya ter Beek ha polarizado la discusión sobre los limites de la eutanasia, ya que hay quienes defienden que el permitir el acceso a personas tan jóvenes sólo les alienta a no continuar con un tratamiento y no arroja más esperanza sobre la posible mejoría de la salud mental.

Por otra parte, hay quienes apoyan que el otorgar este tipo de permisos sobre la muerte asistida, especialmente en este tipo de casos, ponen en la mira el dolor, angustia y tormento que muchas personas con problemas mentales severos sufren, incluidos los jóvenes.