Notimex / La Voz de Michoacán Roma, 18 Abr.- El principal candidato a la Presidencia de Italia, el ex sindicalista Franco Marini, no alcanzó el quórum necesario para ganar en la primera votación que se celebró hoy en el Parlamento. Marini, cuya candidatura fue fruto de un acuerdo entre las dos principales fuerzas políticas, el centroizquierdista Partido Democrático (PD) y el derechista Partido del Pueblo de la Libertad (PDL), obtuvo 520 votos, cuando necesitaba 672 para ganar. En segundo lugar, con 240 votos, quedó el constitucionalista Stefano Rodotá, propuesto por el Movimiento 5 Estrellas (M5S), del cómico Beppe Grillo, y apoyado por algunos legisladores de la izquierda contrarios a la candidatura de Marini. Mucho más atrás quedaron los otros candidatos, como el ex alcalde de Turín, Sergio Chiamparino, los ex primeros ministros Romano Prodi y Massimo D?Alema, el presidente saliente Giorgio Napolitano y la senadora del PD, Anna Finocchiaro. Cientos de personas que se manifestaban afuera del Parlamento, aplaudieron la noticia de la falta de quórum para Marini, también ex presidente del Senado y ex ministro del Trabajo. La segunda votación debía comenzar a las 15:00 horas locales (13:00 GMT) e igualmente se requieren dos tercios de los votos para que sea declarado un ganador. A partir de la cuarta votación (que en caso de que las precedentes no obtengan resultados se tendrá la tarde del viernes) se necesita sólo la mayoría absoluta de 504 votos. Un total de mil siete electores, entre diputados, senadores y representantes regionales, elegirán al sustituto de Napolitano, cuyo mandato de siete años finaliza oficialmente el próximo 15 de mayo, pero quien se prevé dimita apenas sea designado su sucesor. La noche del miércoles el líder de la centroizquierda, Pierluigi Bersani, anunció la candidatura de Marini, de 80 años de edad. Según los medios, su nombre fue acordado no sólo con el primer ministro en funciones, Mario Monti, sino también con el ex premier Silvio Berlusconi, lo que abrió una fractura en la izquierda. Aparentemente Berlusconi considera al ex secretario general de la Confederación General de Sindicatos Italianos (Cisl) como una figura confiable, sobre todo ante los procesos judiciales en los que es imputado.