AP / La Voz de Michoacán Islamabad, Pakistán. Una tregua temporal entre Estados Unidos y el Talibán entró en vigor el viernes, allanando así el camino para que las dos partes firmen un acuerdo de paz la próxima semana dirigido a poner fin a 18 años de guerra en Afganistán y a regresar a los soldados estadounidenses a sus hogares. Si se implementa de manera exitosa, el acuerdo de "reducción de violencia" de siete días que entró en vigor el viernes a la medianoche (1930 GMT), estará seguido por la firma de un pacto de paz el 29 de febrero, poniendo fin al conflicto más largo de Estados Unidos y cumpliendo con una de las promesas claves del presidente Donald Trump. El ataque del 11-S por Al Qaeda, donde fueron asesinadas más de 3 mil personas, cambió el mundo. Una consecuencia fue que gobierno de Bush decidiera aplicar política “agresión positiva”: que no diferencia entre terroristas y países que los acojan. Foto, DPA. El anuncio de un acuerdo en términos de paz surge después de meses de negociaciones entre las dos partes que se han estropeado en ocasiones anteriores. Sin embargo, ambas han manifestado su deseo de terminar con la lucha que comenzó con la invasión de Estados Unidos luego de los ataques perpetrados el 11 de septiembre de 2001 por parte de Al Qaeda, red que estaba dirigida por Osama bin Laden y que estaba afincada en Afganistán. Si se mantiene la tregua, el acuerdo entre Estados Unidos y el Talibán estaría seguido en un periodo de 10 días por el comienzo de negociaciones de paz entre afganos que podrían resultar en la formación de un nuevo gobierno en Kabul, por un compromiso del Talibán de no dejar que grupos terroristas operen en el país, y por el retiro gradual de todas las fuerzas militares estadounidenses y de otros países en un lapso de 18 meses. Un informe de la ONU indica que 83% de víctimas de ataques aéreos se atribuyeron a "fuerzas internacionales", lo que señala al ejército de Estados Unidos, único miembro de la coalición internacional en Afganistán, que realiza ataques aéreos. Los afganos, responsables del 10%. Foto NYT. El plan es una apuesta para Trump, que retuiteó varias cuentas con noticias del acuerdo. De ser exitoso, le permitirá afirmar que ha dado un primer paso hacia cumplir su promesa de campaña hecha en 2016 para llevar de regreso a los soldados estadounidenses. Pero si fracasa, Trump podría ser retratado por sus adversarios demócratas en año electoral como ingenuo y dispuesto a sacrificar a los soldados e intereses estadounidenses en aras de la conveniencia política. Para el Talibán, la conclusión exitosa de la tregua y las negociaciones de paz de Afganistán podrían darle al grupo una oportunidad para adquirir una legitimidad internacional, de la cual carecía cuando gobernó el país y le dio a Bin Laden y a sus socios un refugio seguro. Con más de 600.000 desplazados, Afganistán sigue siendo una zona de desastre, donde la ayuda humanitaria se pierde a través de la corrupción y codicia en países donantes y receptores. Y cada año, desde 2005, la fuerza talibán ha crecido en tasas de dos dígitos. La tregua, que estará supervisada por las fuerzas estadounidenses, probablemente será frágil y funcionarios de Estados Unidos han destacado la posibilidad de que saboteadores que no estén interesados en las negociaciones de paz puedan alterarla. Determinar quién es el responsable de posibles ataques durante los siete días será, por lo tanto, algo crucial.