AP/ Fue uno de los maestros más queridos de las escuelas internacionales donde estudian los hijos de los diplomáticos y de los ricos. Era a menudo el primero en llegar por la mañana y el último en irse. Llevaba a los estudiantes a sitios exóticos y les daba galletitas con leche cuando se acostaban. Esa fue la imagen pública de William Vahey hasta que una mucama se robó una unidad de memoria de USB de su computadora en noviembre pasado. Allí había evidencia de que había abusado de una cantidad de niños adolescentes. El descubrimiento de lo que el FBI considera uno de los pedófilos más prolíficos de que se tenga conocimiento generó una crisis en la comunidad de escuelas internacionales, en la que a los padres se les está diciendo que sus hijos podrían haber sido víctimas y los administradores se afanan por tomar medidas para evitar que se repitan abusos como los de Vahey. "Si se toma en cuenta la cantidad de incidentes, me sorprende que esto no haya salido a la luz antes", expresó John Magagna, director y fundador de Search Associates, la firma reclutadora de personal para escuelas internacionales más grande del mundo. "No sé qué pudo haber pasado". Aparentemente, ni siquiera las víctimas de Vahey sabía que habían sido sometidas a abusos. Las galletitas Oreo que les daba tenían pastillas para dormir, en dosis suficientes como para que los niños perdiesen el conocimiento y pudiesen ser toqueteados y fotografiados desnudos. Vahey, de 64 años, intentó suicidarse en Nicaragua luego de que su mucama se robó la memoria. Sobrevivió, pero se mató en un segundo intento, clavándose un puñal y dejando a cientos de exestudiantes suyos con la incertidumbre de si fueron víctimas de abusos o no. El padre de un estudiante de Caracas dijo que su hijo, como tantos otros, preferiría no enterarse, pero que el muchacho no puede dejar de pensar en un hecho: "Comía las galletitas", señaló el padre, quien pidió permanecer anónimo para proteger la identidad de su hijo. "Todos lo hacían en esos viajes". A lo largo de las décadas hubo numerosas oportunidades de desenmascarar a Vahy, empezando por el hecho de que fue convicto de abusos sexuales en California a fines de los años 60, lo que no impidió que fuese empleado varias veces en sitios donde estaba en contacto con menores.