Descubren en Bulgaria a ‘vampiro’ con estaca clavada

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

vampiro-bulgaria-030913-g

Agencias / La Voz de Michoacán
Sofía, 3 de septiembre.- Arqueólogos búlgaros anunciaron el descubrimiento del esqueleto de un hombre que vivió entre el siglo XIII y el XIV y al que clavaron un arado de hierro en el pecho para evitar que tras su muerte se convirtiera en "vampiro".

PUBLICIDAD

35 o 40 años tenía el hombre cuando fue enterrado vivo para evitar que se convirtiera en vampiro

El hallazgo ha sido anunciado hoy por Nikolay Ovcharov, el jefe del equipo arqueológico que desde hace años trabaja para documentar un antiguo complejo urbano situado en Perperikov, en el sur de Bulgaria.

El hombre enterrado en vida tenía entre 35 y 40 años. Monedas de bronce que encontramos entre sus dientes muestran el periodo en el que vivió. Tenía clavado en la parte izquierda de su torso, entre el cuello y el pecho, un arado de hierro", declaró Ovcharov.

PUBLICIDAD

Las creencias vampíricas procedentes del paganismo las preservaron los cristianos ortodoxos en los Balcanes durante la Edad Media, cuando se pensaba que además del hierro, podían utilizarse estacas de madera para atravesar el corazón del muerto, cubrirlo con ascuas o atar sus extremidades para evitar su conversión en vampiro.

Un hallazgo similar en junio del año pasado en la pequeña ciudad de Sozopol, a orillas del Mar Negro, reveló los restos de un hombre que vivió en el siglo VIII o IX y que tenía un hierro clavado en el corazón, lo que causó un gran revuelo en el país balcánico.

Ese rito se practicaba con personas consideradas malvadas o con quienes se ocupaban de algo que la sociedad no entendía, como por ejemplo investigaciones científicas o médicas", explicó su descubridor, el director del Museo Nacional de Historia, Bozhidar Dimitrov.

Entonces se creía que después de morir "esas personas se convertían en vampiros y torturaban y atormentaban a los vivos y se bebían su sangre durante la noche", explicó Dimitrov.

Varios medievalistas búlgaros también consideran que en aquella época la superstición llevaba a pensar que las personas con anomalías físicas eran vampiros.