Mohamed Morsi, el derrocado presidente islamista de Egipto, fue sentenciado el martes a 20 años de prisión por el asesinato de manifestantes en el 2012, el primer veredicto contra él desde el golpe militar en su contra hace casi dos años. El caso fue el más reciente en una serie de juicios masivos por múltiples cargos contra Morsi y otros miembros de la Hermandad Musulmana, que el gobierno de Egipto califica de organización terrorista y ha prometido aplastar. Amnistía Internacional denunció el juicio de Morsi como "una farsa", de la misma forma en que grupos defensores de los derechos humanos han calificado muchos de los juicios en los últimos dos años. La Hermandad Musulmana pasó de décadas de ser una organización clandestina a su ascenso al poder tras la revuelta popular que derrocó al presidente autócrata Hosni Mubarak en el 2011. La Hermandad fue la ganadora en los subsiguientes comicios parlamentarios y Morsi —presentándose como su candidato— se convirtió en el 2012 en el primer presidente electo libremente en Egipto. Pero apenas un año más tarde millones de personas protestaron contra el gobierno divisivo de Morsi, y el entonces jefe del ejército Mohamed El Sissi encabezó el golpe de julio del 2013 que derrocó a Morsi. Desde entonces, la Hermandad ha sido vapuleada por una intensa represión, en la que han muerto centenares de sus partidarios que exigen el retorno de Morsi y otros miles han sido arrestados. El veredicto del martes no desató protestas inmediatas, lo que refleja el impacto de las medidas enérgicas sobre cualquier muestra de disensión, ya sea de islamistas u otros. La mayoría de los altos líderes de la Hermandad ya han recibido fuertes sentencias de cárcel en otros juicios, así como centenares de condenas a muerte emitidas sobre veteranas figuras y partidarios de menor nivel por actos de violencia durante las protestas contra el derrocamiento de Morsi. El máximo líder de la Hermandad, Mohamed Badie, ha recibido varias sentencias de muerte, aunque están sujetas a apelación. Mientras tanto, Mubarak y los miembros de su gobierno han sido absueltos en su mayor parte de cargos relacionados con el asesinato de manifestantes durante la sublevación contra su régimen. Hasán Nafaa, profesor de ciencias políticas, dijo que el egipcio promedio ha visto las diferencias entre los juicios contra Mubarak y Morsi. "La gente no tiene confianza en la imparcialidad de esos juicios", dijo Nafaa. El gobierno estadounidense expresó el martes reservas sobre el veredicto contra Morsi, pero la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo que el gobierno de Barack Obama se abstendrá de emitir juicios por el momento. "Nos preocupan esas sentencias. Todos los egipcios, sin importar su filiación política, tienen derecho a un tratamiento imparcial e igual ante la ley, incluido el respeto pleno a sus derechos al debido proceso", dijo Harf. El gobierno egipcio acusa a la Hermandad de alentar la violencia en el país y ha rechazado recientemente acusaciones de que el proceso esté politizado. En la audiencia del martes, el juez Ahmed Yusef dio a conocer su veredicto mientras Morsi y otros acusados en el caso — la mayoría miembros de la Hermandad — permanecían de pie en una jaula insonorizada de cristal dentro de una corte improvisada en la academia de la policía nacional. Siete de los acusados fueron juzgados en ausencia. Además de Morsi, 12 líderes de la Hermandad y partidarios islamistas, entre los que están Mohamed el-Beltagy y Esam el-Erian, fueron sentenciados también a 20 años de prisión. Yusef retiró los cargos de asesinato y dijo que el fallo está vinculado a la "demostración de fuerza" y a las detenciones ilegales relacionadas con el caso. El caso partió de actos violentos registrados en el exterior del palacio presidencial en diciembre de 2012. Partidarios de Morsi atacaron a manifestantes de la oposición, lo que desató enfrentamientos en los que murieron al menos 10 personas. Desde su exilio en la ciudad turca de Estambul, el máximo representante de la Hermandad, Amr Darrag, dijo que el fallo representa "un día triste y terrible en la historia egipcia". "Quieren poner una condena a cadena perpetua a la democracia en Egipto", agregó. El proceso del juicio tuvo fallas y la evidencia fue "a lo mucho, endeble", afirmó Hassiba Hadj Saharaoui, subdirector de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, en un comunicado. Morsi tiene por delante otros cuatro juicios por cargos que van desde socavar la seguridad nacional a conspirar con grupos extranjeros y orquestar una fuga de prisión. Miles de miembros de la Hermandad están encarcelados por una variedad de cargos, la mayoría relacionados con la violencia que siguió al derrocamiento de Morsi en 2013. El ex mandatario está en una prisión de alta seguridad cerca de la ciudad mediterránea de Alejandría, pero tras su detención pasó cuatro meses retenido en una localización no revelada.