AP/La Voz de Michoacán Nueva York. Joaquín “El Chapo” Guzmán ordenó matar al ingeniero de comunicaciones del Cártel de Sinaloa cuando se enteró de que éste colaboraba con las autoridades estadounidenses. Alex Cifuentes, un testigo en el juicio a Guzmán que se celebra en Brooklyn, declaró el lunes que Guzmán le dijo por teléfono en 2012 que el ingeniero técnico que había trabajado para el cartel desde hacía varios años era quien había ayudado a las autoridades estadounidenses a arrestar a Jorge Cifuentes, un narcotraficante colombiano hermano de Alex. “¿Y que hizo usted?”, le preguntó la fiscal Gina Parlovecchio. “Empecé a buscarle”, respondió Cifuentes. La búsqueda para asesinar al ingeniero Christian Rodríguez no dio resultado. Rodríguez huyó a Estados Unidos en 2013 y testificó en el juicio a Guzmán la semana pasada. Explicó que instaló el moderno sistema de comunicaciones internas del cartel en 2008 pero que tres años después se le acercaron agentes del FBI en Bogotá y le dijeron que “estaba en problemas”. Desde entonces colaboró con el gobierno estadounidense de forma secreta y ayudó a instalar un sistema de GPS en el celular de Jorge Cifuentes, además de proveer a Estados Unidos con valiosas llamadas y mensajes de texto realizados por Guzmán y sus socios. Jorge, quien se encuentra en la cárcel, testificó en el juicio en noviembre. “El Chapo”, uno de los narcotraficantes más conocidos y exlíder del cartel de Sinaloa, se ha declarado inocente de supuestamente acumular una fortuna multimillonaria a través del tráfico de toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser encontrado culpable enfrentaría una posible sentencia a cadena perpetua. Guzmán enfrenta 11 cargos, que incluyen delito por tráfico de drogas, por tráfico de armas, por lavado de dinero y por participación en empresa criminal. Rodríguez testificó en el juicio el miedo que sintió cuando interceptó una llamada entre Cifuentes y su madre en la que Cifuentes le dice a ella que el cartel ha descubierto que Rodríguez colabora con Estados Unidos. “Dígale que Christian fue el del pitazo”, le dijo Cifuentes a su madre para que ésta informara a Jorge, quien ya había sido arrestado. “El Chapo” supuestamente también accedió a matar a un trabajador del cartel llamado Juan Bonito, de quien se sospechaba que era informante y que robaba ganancias obtenidas con la venta de cocaína. Cifuentes dijo que Guzmán se comprometía a pagar 50.000 dólares para matar a Bonito, aunque el asesinato no llegó a ocurrir. Cifuentes, de 50 años, ofreció también el lunes un interesante recuento de cómo era la vida de Guzmán en las montañas de la Sierra sinaloense, ya que el testigo vivió con “El Chapo” en casas de éste desde el 2007 hasta el momento de su arresto en el 2013. Las casas eran más de siete, dijo Cifuentes, y tenían nombres como “La Cancha”, “Casa Viejas” o “La Playa”. Eran pequeñas y sencillas, pero contaban con generadores de electricidad, ventanas blindadas, electrodomésticos y grandes pantallas de televisión. En una de éstas “El Chapo” celebró su fiesta de cumpleaños en el 2008 y Cifuentes dijo que le regalaron cosas como una camioneta blindada y motocicletas de seis ruedas. Guzmán contaba con unos 50 hombres armados para su seguridad que cobraban unos 20.000 pesos mexicanos cada 20 días, lo que equivale a 2.000 dólares. Todos llevaban ropa de camuflaje “para confundirnos con la jungla” si un helicóptero o aviones del gobierno mexicano sobrevolaban la zona. Guzmán también contaba con más de siete empleadas de servicio que hacían turnos de limpieza de dos en dos. El presupuesto del cartel para provisiones y pago de nóminas era de entre 150.000 y 200.000 dólares mensuales, dijo Cifuentes. Guzmán tenía “cientos de empleados”. Durante su testimonio Cifuentes mencionó algo curioso: “El Chapo” trabajó en un proyecto para hacer una película y un libro sobre su vida. La propuesta de la película se la dio la primera esposa de Cifuentes, una tal Angie, quien le dijo que si Guzmán era tan famoso en los medios de comunicación debería hacer su propia película y beneficiarse económicamente de ella. “Le encantó la idea”, dijo Cifuentes. El testigo explicó que un borrador del libro fue enviado al abogado de Guzmán en el 2013 aunque no dio más detalles. Tampoco dio más detalles sobre la película. Lo que le cocinaba la esposa de Guzmán, Emma Coronel, al narcotraficante también se escuchó en el juicio: enchiladas suizas. “Le gustaban mucho”, dijo Cifuentes. Griselda López fue otra de las esposas de “El Chapo” que Cifuentes vio mientras vivía con él. Ambas esposas, además de colaboradores y otros familiares, eran espiados por Guzmán a través de un software de espionaje que Guzmán colocó en sus celulares con la ayuda de Rodríguez. El lunes el jurado también escuchó que Guzmán buscaba una pista de aterrizaje en República Dominicana para empezar a llevar droga desde Venezuela a México. La palabra que usaba el cartel para referirse a Venezuela era “loco”, debido, dijo Cifuentes, a “El loco Chávez”, en referencia al expresidente venezolano Hugo Chávez. Se espera que el martes Cifuentes prosiga con su testimonio.