El Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) y la población de esta región recibieron el viernes con alegría los bombardeos estadounidenses contra la milicia yihadista del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak. Militares iraquíes y kurdos anunciaron que pretenden aprovechar esos ataques para recuperar el terreno perdido frente a los yihadistas. “Le damos las gracias al [presidente de Estados Unidos] Barak Obama”, dijo a la BBC Khalid Jamal Alber, un alto cargo del KRG. “Estos últimos días estábamos muy nerviosos. [El EI] es muy fuerte y está bien equipado”, dijo a la agencia France Presse Karwan Ahmed, un taxista de Erbil, la capital del KRG. “Esto son buenas noticias”. Cazas estadounidenses atacaron el viernes varias posiciones de los yihadistas en el norte de Irak, según confirmaron el Pentágono y fuentes kurdas sobre el terreno. Obama había autorizado una intervención limitada con fines humanitarios y para proteger intereses estadounidenses; y en Erbil hay un consulado y asesores militares de EE UU, además de oficinas de compañías petroleras de este país. Tras los bombardeos, las fuerzas de seguridad de la región kurda, conocidos como los peshmergas, y también las tropas del Ejército iraquí bajo mando del Gobierno central esperaban poder retomar territorio cedido a los yihadistas en los últimos días, según afirmó el jefe del Estado Mayor del Ejército. Los peshmergas, considerados más seguros y fiables que el Ejército, habían conseguido defender su región ante el avance de los yihadistas, que en junio ocuparon parte del noroeste de Irak. Sin embargo, en los últimos días también habían abandonado varias localidades y pedido apoyo militar a EE UU y a otros países occidentales, ante la superioridad del EI.