EFE / La Voz de Michoacán Jerusalén. El fuego sagrado iluminó hoy el Santo Sepulcro de Jerusalén, esta vez con la asistencia de cientos de cristianos locales que volvieron a presenciar en primera línea el "milagro" de esta ceremonia insignia del Sábado Santo ortodoxo, que a diferencia del año pasado se celebró sin grandes restricciones. Sobre las 14:00 hora local (11:00 GMT), el patriarca ortodoxo Teófilos III salió del interior del Edículo que protege la tumba de Jesús con el fuego divino, ante la atenta mirada y el júbilo de religiosos de las comunidades cristianas de la región y fieles palestinos que se congregaron en la basílica en tono festivo. Entre el clamor de la gente y el sonido de las campanas que repicaban, el patriarca apareció con dos ramilletes encendidos de 33 velas, una por cada año que vivió Jesucristo, y ese mismo fuego fue prendiendo las velas que alzaban los creyentes congregados. Según la tradición, el fuego sagrado desciende cada año del cielo y prende una llama con la que se ilumina la penumbra del Santo Sepulcro, conocido por los ortodoxos como iglesia de la Resurrección o Anástasis. Si el fuego no se propagara sería señal de mal augurio. Foto: EFE Esta ceremonia es la más emotiva de la Semana Santa ortodoxa, y contrastó en gran medida con la del 2020, que se hizo en formato reducido y a puerta cerrada por las restricciones del coronavirus. https://twitter.com/RevistaTS/status/1388453988606128133?s=20 La rápida vacunación israelí permitió que las fiestas religiosas volvieran casi a la normalidad en Jerusalén y su Ciudad Vieja, en la parte oriental ocupada de la urbe, donde se sitúa el Santo Sepulcro. Pero igual que en 2020, hoy tampoco pudieron estar los miles de peregrinos de todo el mundo que abarrotaban la iglesia en esta célebre ceremonia, ya que Israel mantiene las fronteras cerradas a turistas extranjeros para prevenir la propagación de la pandemia. Tras surgir en el interior del Santo Sepulcro, el fuego sagrado se traslada a diferentes ciudades y países. Se entiende que la llama enciende la fe de los cristianos ortodoxos horas antes de celebrar la Pascua con la que pondrá fin a esta Semana Santa.