Notimex / La Voz de Michoacán Ciudad del Vaticano, 20 Mar.- El Papa Francisco calificó hoy como "una de las trampas más peligrosas" la reducción del ser humano sólo a aquello que produce y consume, al recibir en El Vaticano a representantes de iglesias cristianas y de otras religiones. El pontífice sostuvo la mañana de este miércoles en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, un encuentro con líderes de las iglesias ortodoxas, delegados musulmanes, representantes de las comunidades judías y de otros credos como el budismo o el hinduismo. "Por encima de todo debemos mantener viva en el mundo la sed de absoluto, no permitiendo que prevalezca una visión de la persona humana unidimensional, según la cual el hombre se reduce a lo que produce y lo que consume: se trata de una de las trampas más peligrosas de nuestro tiempo", dijo. "Sabemos cuánta violencia ha desencadenado en la historia reciente el intento de eliminar a Dios y a lo divino del horizonte de la humanidad, y advertimos el valor de dar testimonio en nuestras sociedades de la apertura originaria a la transcendencia que está grabada en el corazón del ser humano", apuntó. Afirmó que siente cerca a todos aquellos hombres y mujeres que, sin reconocerse en tradición religiosa alguna, se sienten sin embargo en búsqueda de la verdad, de la bondad y de la belleza. Incluyó en ellos a "aliados inapreciables" en el compromiso para defender la dignidad del ser humano, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia amorosa de la creación. En un discurso pronunciado en italiano, el líder católico aseguró que la Iglesia considera un deber el apoyar toda actividad que lleve a la unidad de los cristianos. "Pidamos al Padre misericordioso que podamos vivir plenamente la fe que hemos recibido como un regalo en el día de nuestro bautismo, y ser capaces de dar un testimonio alegre, libre y valiente de ella", agregó. Consideró que ese testimonio podrá ser el mejor servicio a la causa de la unidad de los cristianos; un servicio de esperanza para un mundo todavía marcado por la división, los contrastes y las rivalidades. Garantizó además su firme voluntad de proseguir el camino del diálogo ecuménico. El Papa saludó después a los pertenecientes a otras tradiciones religiosas, en primer lugar a los musulmanes "que adoran al Dios, único viviente y misericordioso, y lo invocan en la oración". Dirigiéndose a todos los presentes exclamó: "Realmente aprecio vuestra presencia: veo en ella una nueva voluntad de crecer en la estima mutua y en la cooperación para el bien común de la humanidad". Estableció que la Iglesia católica es consciente de la importancia que tiene la promoción de la amistad y el respeto entre hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas. Se dijo consciente de la responsabilidad que todos tienen con el mundo, con la creación entera, a la cual se debe amar y custodiar. "Y podemos hacer mucho por el bien de los que son más pobres, de los más débiles, de los que sufren, para promover la justicia, para promover la reconciliación, para construir la paz", ponderó.