En este Jueves Santo, el Papa Francisco decidió pasar un momento íntimo con 10 sacerdotes de Roma, con quienes almorzó y compartió una conversación que duró una hora y 30 minutos. De acuerdo a la sede de la Iglesia católica, se trata de una tradición que “se está consolidando” ya que en los dos años anteriores el pontífice tuvo el mismo gesto. Como la primera vez, en 2013 y pocos días después de haber sido elegido Papa, también en esta ocasión ese momento de convivencia tuvo lugar en el departamento del arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano. De hecho esa era una costumbre de Becciu, que dos años atrás invitó a su tertulia anual con los presbíteros al líder católico quien se sumó con gusto. También en 2014 aceptó la propuesta, como ahora. “En un clima simple y cordial, el obispo de Roma ha querido así conocer más de cerca la misión de nueve párrocos y del superior de una comunidad de religiosos que viven en un apartamento para compartir, también de este modo, la vida de la gente”, indicó una nota vaticana. “El Papa ha escuchado con gran atención sus testimonios, animándolos en su ministerio. Ha sido un tiempo común de reposo espiritual para reflexionar sobre el servicio cotidiano a quienes los sacerdotes atienden”, agregó. Tras el almuerzo con los sacerdotes Francisco se preparó para la misa “in coena domini”, que recuerda la última cena de Jesús, que celebrará en la cárcel romana de Rebbibia y durante la cual lavará los pies a 12 personas, seis mujeres y seis hombres.
La Voz de Michoacán
