Notimex/ La Voz de Michoacán Ciudad del Vaticano, 4 Mar.- El escándalo sexual del purpurado escocés Keith OBrien dio la víspera un inesperado giro cuando su protagonista reconoció haber tenido "comportamientos inapropiados", justo antes del inicio del "pre-Cónclave" en El Vaticano. "Mi conducta sexual estuvo por debajo de los estándares que se debía esperar de mí como sacerdote, arzobispo y cardenal". Con esas palabras el pastor emérito de la demarcación eclesiástica de Saint Andrews y Edimburgo aceptó sus culpas. Lo hizo este domingo 3 de marzo, la víspera del inicio en El Vaticano de las Congregaciones generales, las reuniones de preparación al próximo Cónclave durante el cual será elegido el sucesor de Benedicto XVI. "Pido perdón a cuantos he ofendido, a la Iglesia y a los escoceses", apuntó OBrien, a quien el papa le aceptó la renuncia anticipada a su puesto de arzobispo apenas el 25 de febrero, aunque en ese momento se dijo que oficialmente la dimisión era por "edad". Pero el escándalo ya era público. Desde hacía semanas la nunciatura apostólica (embajada vaticana) en el Reino Unido estaba investigando las denuncias por abusos presentadas por tres sacerdotes y un ex presbítero actualmente casado. En medio se cruzó la renuncia de Benedicto XVI, la mañana del 11 de febrero. Siete días después, el lunes 18, llegó a Roma la carta de dimisión de OBrien. El mismo día que el papa aceptó que el arzobispo escocés dejase el cargo, él mismo anunció su deseo de no participar en la elección del futuro pontífice, con la excusa de no acaparar la atención de la prensa en la capital italiana durante estos días. Pero hasta ese día y después el cardenal sostuvo públicamente su inocencia. Incluso llegó a informar que estaba en comunicación con un abogado para refutar las denuncias. Las acusaciones datan de hace más de 30 años, cuando el prelado encabezaba un seminario y antes de su nombramiento como obispo. Varios jóvenes fueron molestados sexualmente por OBrien durante las oraciones de la tarde u otros momentos de intimidad.