Washington, DC.- "Si no estamos dispuestos a invertir en los hijos de los inmigrantes disminuimos las perspectivas de nuestros propios hijos", señala Barack Obama este martes durante su discurso de despedida como presidente de Estados Unidos al regresar a Chicago. Agrega Obama en su último discurso aún presidente que "Estados Unidos es un lugar más fuerte y mejor que cuando empezamos”. "Se decía que los extranjeros iban a destruir al país, pero no desbarataron al país, sino se fortaleció.Los niños mestizos representarán una porción más grande de la fuerza laboral de Estados Unidos...Los recién llegados abrazaron el credo de esta nación y esta nación se fortaleció”. Para muchos de nosotros es más fácil encerrarnos en nuestra burbuja "Los niños mestizos representarán una porción más grande de la fuerza laboral de Estados Unidos". Ante miles de personas en la plaza McCormick Place, Obama tuvo su última oportunidad de definir el significado de su presidencia. Es una conclusión apta una lucha política que comenzó ocho años atrás. Fue allí, en Chicago, en el 2008, cuando Obama dio su discurso triunfal al ser elegido como la primera persona de raza negra en ocupar el máximo cargo del país. Telemundo compartió en vivo el discurso de Obama: Enérgico una veces y emocionado otras, las palabras de despedida de Obama en Chicago, su ciudad adoptiva, fueron una meditación pública de las muchas pruebas que enfrenta Estados Unidos durante esta etapa. Para los nuevos desafíos, el presidente saliente ofreció su visión de cómo superarlos, y para los problemas persistentes que no pudo superar, se mostró optimista con que otros finalmente puedan hacerlo. "Sí, nuestro progreso ha sido desigual", dijo Obama ante unas 18.000 personas. "El trabajo de la democracia siempre ha sido duro, polémico y en ocasiones sangriento. Por cada dos pasos hacia adelante, a menudo parece que damos uno hacia atrás". El mandatario, que argumentó que su fe en Estados Unidos ha sido confirmada, dijo que termina su período inspirado por la "capacidad ilimitada" del país para reinventarse, y declaró: "El futuro debe ser nuestro". Enjugándose las lágrimas con un pañuelo, Obama reconoció los sacrificios realizados por su esposa y sus dos hijas, que llegaron a la gran casa blanca de la avenida Pennsylvania Avenue siendo niñas y la abandonan convertidas en mujeres jóvenes. Elogió a la primera dama, Michelle Obama, por asumir su papel "con gracia y valor, estilo y buen humor" y por hacer de la Casa Blanca "un lugar que pertenece a todo el mundo".30