Santiago de Chile.- Decenas de miles de estudiantes chilenos realizaron el martes la primera marcha del año contra un proyecto de ley de reforma universitaria impulsado por el gobierno, que concluyó con desórdenes y refriegas entre grupos de encapuchados que la policía reprimió con chorros de agua y gases lacrimógenos. La gran cantidad de gases obligó al cierre de locales comerciales en pleno centro de la ciudad, al igual que algunos ingresos a estaciones del tren subterráneo. La Confederación de Estudiantes de Chile, que convocó a la protesta, recibió el apoyo de alumnos secundarios, dirigentes del Colegio de Profesores y del movimiento "No+AFP" que rechazan el sistema de pensiones vigente. Los jóvenes se movilizaron pacíficamente por la principal arteria de Santiago, aunque cuando ocuparon más pistas de las autorizadas fueron reprimidos por el agua lanzada desde carros y se inició la profusa dispersión de gases lacrimógenos. Como es tradicional en Chile, también aparecieron grupos de encapuchados que lanzaban piedras y otros elementos contundentes a los efectivos antimotines. Se desconoce si hubo detenidos. Las marchas se replicaron en ciudades del norte y sur del país. En el vecino puerto de Valparaíso, donde debía sesionar una comisión de la Cámara de Diputados para darle luz verde a la discusión del proyecto, la policía reprimió a los manifestantes sin ser provocados apenas terminó la caminata. Los jóvenes rechazan la Ley de Educación Superior, que fue el pilar del programa con el que la presidenta Michelle Bachelet llegó al poder en marzo de 2014. Y aunque ha registrado avances, temas como la calidad educativa, el fin del lucro y la condonación de las deudas de los estudiantes con la banca siguen empantanados. Daniel Andrade, presidente de los estudiantes de la Universidad de Chile, precisó que en enero entregaron al Ministerio de Educación y a los parlamentarios una serie de propuestas "y hoy día no hemos tenido ninguna respuesta de eso". "No se puede votar un proyecto a espaldas de los movimientos sociales, a espalda de las propuestas que levantó el movimiento estudiantil", añadió. Frente a la afirmación del gobierno de que hay unos 300.000 jóvenes estudiando gratuitamente, Andrade respondió que "el universo de la educación superior son un millón y medio".