Redacción / La Voz de Michoacán Londres. Una abuelita fue encontrada sin vida dentro de su departamento, luego de haber muerto hace dos años sin que nadie se diera cuenta. Los hechos ocurrieron en Peckham, un barrio localizado al sureste de Londres. A dos años de su fallecimiento, los vecinos del edificio se percataron de un olor fétido proveniente del departamento de la adulta mayor, por lo que dieron aviso a las autoridades. De acuerdo con la policía, la abuelita fue identificada como Shelia Seleoane, de 61 años, sus restos fueron descubiertos al ingresar al departamento. Aparentemente, el día de su muerte la mujer usaba una pijama azul y una blusa blanca. La mujer fue identificada gracias a sus registros dentales y la policía no encontró circunstancias sospechosas en torno al descenso. Las autoridades comentaron que no había signos visibles de traumatismo y que no había una entrada forzada. Se presume que la abuelita falleció en agosto de 2019; no obstante, el estado de descomposición del cuerpo imposibilitó conocer la fecha exacta y la causa de la muerte. Luego de ser identificada, se hizo público que Sheila había visitado a su médico unos meses previos a su muerte. En su consulta de cabecera la adulta mayor declaró sentirse "jadeante". De acuerdo con los dueños del departamento, la mujer realizó el último pago de alquiler en agosto de 2019 y tras un atraso de pagos, el dinero se cobró directamente de un fideicomiso que tenía. De igual forma, el personal del edificio aseguró haber visto por última vez a Sheila en abril de 2019, cuando realizaron una inspección de gas en su departamento. En 2020, los empleados trataron de realizar otra revisión en los departamentos, pero la mujer ya no abrió la puerta. Los vecinos señalaron que, anteriormente, ya habían expresado su preocupación por la abuelita, por lo que en 2020 llamaron a un oficial de la policía, quien al llegar al departamento prefirió no entrar porque había un "olor a muerte". Días después, otro oficial se negó a entrar al departamento argumentando que no tenía motivos para forzar la entrada. Ante el comportamiento de sus colegas, el sargento detective Scott Fisher -quien sí entró al departamento y descubrió a la mujer- lamentó el descenso y reconoció que se pudo haber hecho más por la abuelita.