EFE / La Voz de Michoacán Madrid, España. No lanzar mensajes catastrofistas respecto al cambio climático y evitar condicionantes políticos e ideológicos son dos de las principales recomendaciones para mejorar la gestión del agua planteadas por el catedrático español Ángel Menéndez y su colega chileno Alejandro Vergara Blanco. Menéndez -catedrático emérito de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Madrid- y Vergara -catedrático de Derecho Administrativo en la Pontificia Universidad Católica de Chile- firman conjuntamente el libro "Derechos de aguas: los modelos de España y Chile", auspiciado por el Foro de la Economía del Agua y presentado en Madrid, que pretende ser una explicación del funcionamiento de la gestión de este recurso natural en ambos países a través de dos capítulos, uno por país. "No hay que asustar a la población diciendo que no vamos a tener agua para beber o para regar, porque eso tampoco me parece que tenga fundamento", ha indicado Menéndez, quien ha insistido en "ser prudentes frente a los mensajes catastrofistas que se lanzan con los escenarios de cambio climático". Además, "hay que procurar que no haya condicionantes políticos muy fuertes en la gestión del agua, sino que este sea un tema de Estado", una opinión que comparte Vergara al criticar que "los fanatismos ideológicos intentan llevar las políticas de aguas por razones puramente ideológicas hacia uno de los extremos". Dos países, dos modelos Los capítulos elaborados por estos dos expertos en derechos del agua comparan el modelo de trabajo español y la división de la gestión entre el Gobierno central, las comunidades autónomas y las Confederaciones Hidrográficas con el modelo chileno, donde el Estado "no es poseedor de ningún recurso, sino gestor de las concesiones para su uso, con un papel mucho más limitado". El sistema chileno, que data de los años 80 del siglo XX, es más descentralizado y se basa en la entrega de concesión como "propiedad intangible y garantizada por la Constitución". De manera que "los titulares se encuentran protegidos y si el Estado quiere hacer algo con ese título, lo tiene que expropiar y pagar el valor de mercado". Ello no exime a los propietarios de las responsabilidades de uso respecto a sus comunidades de regantes, añade Vergara, aunque el sobreotorgamiento de concesiones del recurso "es consecuencia de una mala política pública, una mala ejecución de la política pública o una irresponsabilidad de la burocracia" que finalmente le corresponde arreglar a estas comunidades. El sistema español, indica Menéndez, "es mucho más intervencionista y lo va a seguir siendo", debido a que existe un problema de competencias que no hay en Chile, lo que fuerza al Estado a "mantener las riendas de la gestión del agua en términos generales porque si se diluye en los criterios que tenga cada comunidad autónoma", puede derivar en un "caos". Frente a la escasez Durante la presentación del libro, el embajador de Chile en España, Javier Velasco Villegas, ha afirmado que "España y Chile tienen mucho que enseñar al mundo en gestión de recursos hídricos, porque comparten el problema de la escasez", un fenómeno que impacta "directamente" en la capacidad productiva y el bienestar de las personas. "El cambio climático y la sequía han cambiado el paradigma de la gestión de los recursos hídricos", ha insistido Velasco, ya que "antes se gestionaban como una cuestión de obras públicas y hoy se gobiernan desde la disponibilidad, con el foco puesto en fuentes no convencionales, como la desalación y la reutilización". En ese sentido, la modernización de la administración hidráulica es otro tema común entre ambos países y, a nivel general, según explicaban Menéndez y Vergara, una "asignatura pendiente" cuyas soluciones "no tienen por qué ser iguales ni hay que comparar en términos valorativos", dado que "las necesidades, las demandas y las exigencias de cada país son distintas". El libro de los dos catedráticos es la segunda publicación de la serie "Escritos del Agua" impulsada por el foro de la Economía del Agua.