Berlín- Los factores centrales que hicieron posible la Caída del Muro de Berlín fueron las figuras del Papa Juan Pablo II y Majail Gorbachov, la “frontera verde” de Hungría, así como las manifestaciones de los lunes y la televisión germanoccidental. Esta es la visión del periodista alemán Joachim Jauer, uno de los principales cronistas de ese proceso que tuvo lugar en 1989. En su calidad de director y moderador del programa de televisión “Kennzeichen D”, de contenido político y periodismo de investigación, y director de la oficina de la emisora ZDF para la entonces República Democrática de Alemania, estuvo en todos los lugares y en todos los momentos de ese año que hoy es historia. ZDF es una de las dos emisoras alemanas de derecho público que suma credibilidad, audiencia y difusión nacional. En su Consejo Editorial participan todos los partidos y sectores representantivos de la sociedad; su financiamiento surge del impuesto que se cobra a todos por el uso de la televisión. Todo empezó en forma inocua. “Para sorpresa de la prensa internacional, el gobierno de Hungría convocó a una conferencia de prensa el 2 de mayo de 1989 en la frontera húngara-austríaca. Yo iba como corresponsal de la televisión alemana de derecho público ZDF”. “Los oficiales nos recibieron con la noticia de que el gobierno húngaro no tenía dinero para restaurar su parte de la ´Cortina de Hierro´, que se extendía en la frontera con Austria”, recordó. “Todo estaba podrido y oxidado, y el sistema de electrificación de la valla de alambre de púas ya no funcionaba, por lo que habían decidido retirar todo eso de ahí”, añadió Jauer en entrevista con Notimex. Los húngaros crearon entonces un hueco en esa hermética “Cortina de Hierro” que nadie se atrevía a cruzar sin correr peligro de muerte. “Esa noche comenté en mi programa en vivo en televisión que Hungría había terminado en ese trecho los 40 años de división forzosa entre el Este y el Oeste”, recordó el periodista durante la charla. Las emisoras ARD y ZDF, la televisión alemana de derecho público, potenciaron su señal al máximo, de forma que pudiera ser captada por los aparatos del otro lado del Muro. Durante 40 años, ambas se dedicaron a mostrar a los germanorientales como era la vida en la República Federal de Alemania, con economía de libre mercado y orientación social, prosperidad económica, estado de derecho y democracia funcional. La noche del 2 de mayo de 1989, Jauer dio a conocer lo sucedido ese día en Hungría. “Eso lo vieron y lo escucharon muchos alemanes orientales. Unas semanas después decenas de miles de jóvenes de la RDA cruzaron por ese punto abierto hacia Hungría, con sacos para acampar a sus espaldas, para vacacionar en Hungría, lo que estaba permitido por Berlín Oriental”, indicó. En realidad esos jóvenes querían probar si era verdad que se podía pasar por ese punto con libertad. Dicho lugar recibió el nombre de la “Frontera Verde”, porque ya no había más muros. “Por eso es mayo un mes increíblemente importante en el proceso que desembocó en la Caída del Muro de Berlín. El gobierno húngaro informó a Mijail Gorbachov, sin pedir autorización para lo hecho, y éste les contestó: ´La responsabilidad es de ustedes, de cómo manejan su frontera de forma que no haya problemas´”. Ese éxodo de miles de germanorientales hacia Hungría tuvo el efecto de inspirar a la gente a salir a las calles. El gran dilema en ese momento era quedarse en el país o salir. Los que decidieron quedarse en la RDA por no dejar a sus padres o a sus familias optaron por salir a la calle y propiciar un cambio. Entonces surgieron “las manifestaciones de los lunes”. Al amparo de las iglesias podían hablar sobre los problemas del país sin peligro y sobre la fuga de sus compatriotas que se refugiaban en diversas embajadas. “En las iglesias, la gente vio que se reunía en gran número y que estaban reunidos en el mismo sitio por la misma razón. De repente, ya no estaban solos en la dictadura: eso fue lo importante de esas oraciones de los lunes”, enfatizó Jauer. Eso significa, añadió, que los cristianos contribuyeron en forma muy importante a la Revolución Pacífica que terminó con la RDA unos meses después. El ícono de esas manifestaciones fue la Iglesia Nikolai en Leipzig. Los germanorientales acudían cada vez en mayor número con una vela en la mano que cubrían con la otra para impedir que se apagara la llama. Era entonces claro que no llevaban armas, piedras o bombas Molotov en las manos. ¿Cuándo se dio cuenta de que se perfilaba la Caída del Muro?, preguntó Notimex a Jauer. “El 9 de noviembre”, respondió de inmediato. “Ese fue el día en que cayó el Muro de Berlín y cualquier persona que cuente que lo vio venir, no dice la verdad porque ninguno de los políticos germanoccidentales, ni germanorientales, ni de los países del bloque soviético en Europa Oriental imaginaban que el Muro caería el 9 de noviembre en forma pacífica y sin estruendo”, enfatizó. “Tampoco era imaginable que la Unión Soviética dejaría voluntariamente en libertad a su presa más preciada: la República Democrática de Alemania”, abundó. Para Jauer, otro de los factores centrales que hicieron posible la Caída del Muro fue la figura del Papa Juan Pablo II. Una década antes, el Papa polaco asumió el cargo con la frase dirigida a su pueblo y a otros pueblos del Oriente de Europa: “No tengan miedo, abran las fronteras de los Estados y de las sociedades a la libertad, por Cristo y su poder Salvador”. “Era un anhelo imposible en esa época, pero un año después viajó a su país y acudieron a verlo 10 millones de polacos de una población de 40 millones: uno de cada cuatro polacos fue a ver al Papa Woytila con el rosario en la mano y portando cruces”, subrayó Jauer. Los polacos tuvieron entonces la misma experiencia que los alemanes orientales en las iglesias: de repente se dieron cuenta de que eran muchos y de que no estaban solos. El periodista refirió que “esa peregrinación se convirtió en la mayor manifestación que hubo contra el comunismo-socialismo. El Papa jugó un papel muy importante, porque consiguió traducir la frase cristiana de ´amaos los unos a los otros´ en la palabra ´Solidaridad´”. Fue toda una sensación, porque fue la primera vez desde Lenin que se formó un movimiento político independiente del partido con ocho millones de miembros. “Durante los años siguientes y con los problemas masivos entre el régimen polaco y el sindicato Solidaridad, el Papa Juan Pablo II viajó varias veces a su país para mediar en el conflicto. Y siempre les dijo a los polacos: manténganse tranquilos, tengan valor”, mencionó el periodista. También hubo otro ícono de ese tiempo que fue factor central de la Caída del Muro: Mijail Serguevich Gorbachov. Como el más joven secretario general del partido se distinguió de los otros, que eran mayores, y porque tenía otra biografía. Quería reformas, no para acabar con el socialismo-comunismo en la Unión Soviética sino para mejorarla, para que fuera competitiva frente a Estados Unidos. Para ello estableció la Glasnost (apertura a la crítica) y la Perestroika (reforma). De acuerdo con Jauer, esos factores se conjugaron a todo lo largo de 1989 hasta que cayó el Muro de Berlín la noche del 9 de noviembre. A principios de ese año, el 19 de enero, el entonces hombre más poderoso de la RDA, Erich Honecker, secretario general del Comité Central del Partido y gobernante de ese país durante 18 años, pronunció en una entrevista una frase que hizo historia: “El Muro permanecerá todavía en pie 50 o 100 años”.