Agencias/ LA Voz de Michoacán. No se trató de un robo improvisado. Es más, ya está siendo candidateado como uno de los robos “más grandes de la historia”. Los disfraces, las armas, la ubicación y características del botín, el modus operandi, la fuga: todo formó parte de un plan minuciosamente elaborado con el que un grupo de hombres logró hacerse el lunes a la noche en el aeropuerto de Bruselas con un cargamento de diamantes valuados en 50 millones de dólares (cerca de 37 millones de euros). Todo, en medio de una pista de la estación aérea, un lugar de acceso absolutamente restringido. Según declaró Ine Van Wymeersch, portavoz de la fiscalía de Bruselas, ocho personas “fuertemente armadas con fusiles y ametralladoras, encapuchadas y vestidas con uniformes de policía, a bordo de dos vehículos, atravesaron poco antes de las 20 (hora local) las vallas del aeropuerto e ingresaron a toda velocidad a la pista hasta el lugar donde estaba estacionado el avión comercial que se dirigía a Suiza”. Una vez allí, los asaltantes “forzaron las puertas de carga donde se encontraba el botín”, añadió Ine Van Wymeersch. Los atacantes apuntaron con sus armas al piloto y el copiloto, así como a los empleados de la empresa Brinks. Sin embargo, las autoridades del aeropuerto y la fiscalía de Bruselas confirmaron que no hubo ni muertos ni heridos en el ataque contra el avión comercial, con los pasajeros a bordo. Tampoco se interrumpió el tráfico aéreo, aunque sí fue necesario anular “el vuelo implicado en el accidente”, afirmaron las autoridades de la estación aérea de Bruselas en un comunicado. Tras el ataque, los ocho delincuentes se fugaron por el mismo camino por donde habían ingresado. Los vehículos que manejaban eran una camioneta Mercedes-Benz y un Audi A6. En total, el ataque duró “unos cinco minutos”, sostuvo la vocera de la fiscalía. “Fue una acción bien preparada. Son profesionales”, concluyó. El cargamento robado estaba distribuido en 120 paquetes que, según afirmaron en el Centro Mundial de Diamantes (AWDC), eran “diamantes brutos y tallados que provenían de Amberes e iban destinados a Zurich, Suiza”. El AWDC señaló su preocupación por el robo en pleno aeropuerto de Bruselas, donde cada día circulan diamantes por valor de entre 150 y 200 millones de dólares. Fue uno de los robos “más grandes de la historia”, dijo un portavoz del Centro Mundial de Diamantes.