Los habitantes de Nueva York han sufrido en los últimos cinco días la más intensa ola de calor del año, lo que ha provocado que el gobierno local emitiera una alarma para advertir a la población que evite los espacios exteriores. Luego de haber padecido uno de los inviernos más intensos y más largos en la historia recientes, la ciudad de Nueva York sufre desde finales de julio temperaturas por encima de los 32 grados centígrados, que el jueves alcanzaron los 35 grados centígrados. Los servicios metereológicos locales contemplan que la ola de calor se extienda por lo menos hasta los primeros días de la semana que apenas comienza, por lo que el gobierno ha tomado algunas medidas de precaución. El alcalde Bill de Blasio indicó el miércoles pasado que “el severo calor que nuestra ciudad experimentará en los días siguientes es extremadamente peligroso”. Por ello, el alcalde recomendó a los neoyorquinos permanecer en sus casas, mantenerse hidratados y cerciorarse de que sus vecinos, en especial las personas de la tercera edad, estuvieron en una situación segura en sus hogares. De Blasio recomendó igualmente mantener la temperatura de los aparatos de aire acondicionado por encima de los 23 grados centígrados, a fin de evitar una recarga y conjurar la posibilidad de un colapso en los sistemas eléctricos de la ciudad. Además de poner a disposición de las personas que debieran salir a la calle los edificios del gobierno con aire acondicionado, el alcalde ordenó que las piscinas públicas permanecieran abiertas hasta las ocho de la noche a fin de ofrecer un respiro, en especial a los niños.