AP / La Voz de Michoacán Puerto Príncipe. Empresas y oficinas del gobierno comenzaron a reabrir el lunes en Haití luego de más de una semana de violentas protestas por el alza de los precios de alimentos, combustible y productos básicos, y acusaciones de corrupción en el gobierno. El transporte público reanudó sus servicios en Puerto Príncipe, la capital, donde los residentes formaban colas para comprar alimentos, agua y gasolina, mientras que equipos despejaban calles en las que decenas de miles de haitianos habían protestado para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise. Moise se ha negado a renunciar, aunque su primer ministro Jean-Henry Ceant dijo el fin de semana que aceptó reducir ciertos presupuestos del gobierno por un 30%, limitar los viajes de los funcionarios públicos y eliminar todos los privilegios no esenciales que disfrutan, incluyendo las tarjetas telefónicas. Además, prometió investigar las acusaciones de malversaciones vinculadas a un programa venezolano que proporcionó a Haití crudo subsidiado y dijo que solicitó que un tribunal audite a todas las empresas estatales. Sin embargo, muchos haitianos siguen recelosos de esas promesas y las escuelas permanecieron cerradas el lunes, por temores a nuevos brotes de violencia. El gobierno está haciendo declaraciones que no están cambiando nada en estos momentos”, dijo Hector Jean, un chofer de moto taxi que tuvo que comprar un galón (3,79 litros) de gasolina por 6 dólares, más del doble de lo que paga normalmente, y no ha podido encontrar clientes que puedan pagar las tarifas más altas. "Es muy difícil traer algo a casa”, dijo. “Tengo tres hijos”. Los precios de otros productos en la nación más pobre del hemisferio occidental han subido al doble en semanas recientes: una bolsa de arroz cuesta ahora 18 dólares y una lata de frijoles alrededor de 7 dólares. Además, un galón de aceite de cocina aumentó a casi 11 dólares, respecto a los 7 que costaba antes. La inflación en Haití ha sido de dobles dígitos desde 2014 y las alzas de precios están enfureciendo a gran parte de la población del territorio, donde 60% de sus casi 10,5 millones de habitantes batallan para sobrevivir con unos 2 dólares diarios. Un reporte reciente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional señaló que aproximadamente la mitad del país padece desnutrición.