Notimex / La Voz de Michoacán Washington. Investigadores descubrieron niveles elevados de radiación en aguas de una isla remota de Alaska, en el Estrecho de Bering, que se atribuyen a los residuos radiactivos de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, en Japón, que resultó dañada por un tsunami registrado hace ocho años. Los científicos que investigan la contaminación del agua alrededor de la Isla Lawrence anunciaron haber detectado un leve aumento en los niveles de cesio-137 radiactivo y lo atribuyeron al desastre de Fukushima, cuyos residuos se habrían desplazado por el mar hacia el norte. Sabía que esas corrientes japonesas llegarían a nuestras aguas y por eso me ofrecí a hacer las pruebas”, dijo Eddie Ungott, experto residente en la aldea de Gambell, citado en un comunicado de la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF), quien trabajó el agua recolectada el año pasado en las cercanías de Lawrence. “Esto sólo es el borde norte de la pluma”, advirtió por separado Gay Sheffield, agente asesor del programa Sea Grant, con sede en la ciudad de Bome, en el sur de la península de Seward, en el mar de Bering. Una muestra de agosto de 2018 mostró niveles elevados de cesio-137, un isótopo radiactivo que ha estado ligeramente presente en el océano a partir de pruebas al aire libre de armas nucleares en los años 1960 y 1970, normalmente en alrededor de 2.0 becquerels (unidad de medida de radiactividad) por metro cúbico. El cesio-137 es una sustancia radiactiva, “subproducto de la fisión nuclear y fue uno de los isótopos liberados cuando el reactor nuclear de Fukushima resultó dañado”, añadió Sheffield, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Pesqueras y Oceánicas de UAF.