La Basílica de San Marcos sufre graves daños en inundaciones

Muchas de esas piedras son vulnerables a la infiltración de agua marina durante las mareas altas récord registradas en la ciudad.

Foto: AP. Una vista interior de la Basílica de San Marcos, en Venecia.

AP / La Voz de Michoacán


Italia. “Cada piedra es un tesoro”, explicó el director técnico de la junta de sacristía de la Basílica de San Marcos, señalando a los valiosos mosaicos en pan de oro del techo, el pavimento de piedras incrustadas y los muros vestidos de mármol del templo, una obra de maestra de 923 años.

Y muchas de esas piedras son vulnerables a la infiltración de agua marina durante las mareas altas récord registradas en la ciudad.

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La basílica, construida sobre dos iglesias anteriores en un lugar que los venecianos consideraban entre los más seguros de la ciudad de los canales, sufrió daños valorados en al menos 5 millones de euros (5,5 millones de dólares) en las devastadoras inundaciones del mes pasado. La primera, el 12 de noviembre, fue la más alta en 53 años, y se vio seguida por dos superiores a 1,5 metros (4,9 pies), una serie de inundaciones graves sin precedentes.

Foto: AP. Una vista del suelo durante una inundación en la Basílica de San Marcos de Venecia.

Aunque la más alta quedó siete centímetros por debajo de la famosa inundación de 1,94 metros en 1966, el responsable de cuidar de la basílica, Carlo Alberto Tesserin, señaló que “esta fue la peor”.

A diferencia de otros desastres naturales como, por ejemplo, un terremoto que deja imágenes de campanarios derruidos y muros caídos, los nuevos daños de las crecidas en Venecia aún no son visibles a simple vista.

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Alguien que viene a Venecia a ver el ‘agua alta’ y que va al día siguiente a la Plaza de San Marcos, ve mesas en la plaza y dice ‘Ah, mira, la orquesta está tocando. Nada va mal aquí’, cuando en realidad lo que está oculto es todo lo que hemos verificado estos días”, dijo Tesserin, que este mes envió la estimación de daños a las autoridades municipales y nacionales.

La pleamar del mes pasado, que llegó a los 1,87 metros (6,14 pies) sobre el nivel del mar, se vio acompañada por ráfagas de viento de hasta 120 kilómetros por hora (unas 75 millas por hora) que empujaron el agua aún más arriba, haciendo que entrara por las ventanas de la cripta de los patriarcas en San Marcos. El vendaval golpeó las cúpulas de la iglesia, arrancando tejas de plomo, señaló Tesserin. Tanto la entrada de agua de inundación por las ventanas como que el viento arrancara piezas de plomo eran nuevas en la historia de la basílica.