Pese a la avalancha humana registrada en Mina, los musulmanes continuaron con el Hajj, peregrinaje a La Meca, y participaron hoy en el ritual de la lapidación de las estelas, que simboliza la lucha contra Satán y da comienzo al Eid al Adha (Fiesta del sacrificio). En el tercer día de la peregrinación anual a la ciudad santa de La Meca, los fieles comenzaron desde temprano su recorrido al valle de Mina, donde están tres enormes muros, contra los que arrojan piedras, en una simbólica lucha contra Satán (Iblis, según el Islam). Después de que la víspera ascendieron al Monte Arafat, los peregrinos se trasladaron a la localidad de Muzdalifa, donde pasaron la noche y recogen guijarros para participar en el ritual Tashriq (lapidación), en el que de manera simbólica confrontan al diablo durante tres días. Con el ritual, los fieles musulmanes también dan inicio al Eid al Adha, que junto con el mes de ayuno del Ramadán, es una de las festividades más importantes de la religión islámica, que los musulmanes creen como una prueba de su fe en Alá (Dios). Durante los tres días que dura la festividad, los musulmanes en todo el mundo deben sacrificar un cordero, en recuerdo del sacrificio que hizo el Profeta Abraham al ofrecer a su hijo Ismael en obediencia a Alá, antes de que sacrificara un cordero en su lugar. De acuerdo con la tradición, para el ritual de la lapidación del diablo, peregrinos deben arrojar piedras a los tres lugares donde se cree se apareció Satán a Abraham para tratar de que desobedeciera la orden de Dios y no sacrificar a su hijo, Ismael. Durante el Tashriq, los peregrinos deben lanzar el primer día siete piedras contra el muro de unos 30 metros de altura, que se edificó alrededor de las enormes piedras que simbolizan a Satán, 21 más al siguiente, y dos al tercero y último día del ritual. En estos tres días, los fieles permanecen en Mina y aprovechan su estancia para preparar su regreso a casa rapándose los varones y las mujeres cortándose un mechón de su pelo, para que con este símbolo, los demás fieles sepan a su regreso que hicieron el Hajj. La peregrinación anual a La Meca o Hajj, que este año atrajo a dos millones de fieles, es uno de los cinco pilares del Islam, que todo musulmán adulto está obligado a cumplir al menos una vez en su vida si sus recursos económicos y su estado de salud se lo permiten. Los musulmanes creen que participar en la peregrinación conduce a un renacimiento espiritual, ya que en el Corán (libro sagrado) se sostiene que en el día del juicio, Alá examinará las buenas obras y pecados de una persona para determinar si se van al cielo o al infierno. Por los tanto, el Hajj es visto por los seguidores de la fe islámica como una oportunidad para limpiar sus pecados y comenzar de nuevo limpios.