El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico levantó la alerta emitida tras el sismo de este lunes en Papúa Nueva Guinea, una isla al norte de Australia. El movimiento telúrico, con una magnitud preliminar de 7.7 grados en la escala de Richter, provocó temor entre la población, pero ningún daño significativo, de acuerdo con reportes de medios de la región Asia Pacífico. El sismo se registró a una profundidad de 65 kilómetros, y su epicentro se situó a unos 54 kilómetros de la localidad de Kokopo Panguna, en la isla de Nueva Bretaña, y a 789 de Puerto Moresby, la capital papuana. Ante el sacudimiento, el Centro de Alertas de Tsunamis en el Pacífico emitió una alerta, por el riesgo de olas de uno a tres metros “no destructivas” en las costas de Papúa Nueva Guinea, con la precisión de que las costas de América tendían oleajes de 30 centímetros por encima de lo normal. El director de la Oficina Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea, Martin Mose, dijo a la emisora Radio Nueva Zelanda que no había recibido reportes de daños o víctimas. “No hemos recibido reporte alguno de impactos por el temblor, aunque se puso en marcha una alerte de tsunami” por la magnitud del sismo, “pero al parecer no hay ningún impacto”, recalcó Mose. “Sin embargo, estamos aún trabajando estrechamente con el Observatorio Vulcanológico de Rabaul (cerca del epicentro del sismo) para que nos dé algún registro” por si hubiera algún efecto por el sismo, agregó. La televisora japonesa NHK reportó por su parte que un empleado del aeropuerto de la localidad de Kokopo, en la isla de Nueva Bretaña, informó que no había daños significativos visibles en ese lugar. Otro testigo afirmó que el movimiento fue “más violento” qye lo habitual, pero que no hay daños en las viviendas. La cadena australiana ABC reportó a su vez que personal de una cadena hotelera relató que “el piso se sacudió con fuerza durante unos cinco minutos, pero sin que haya daños mayores al parecer”.