Liberia está libre de ébola tras 42 días -el doble del periodo de incubación máximo de la letal enfermedad- sin registrar ningún nuevo caso, anunció ayer sábado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras celebraba el logro, la presidenta Ellen Johnson Sirleaf dijo que el daño causado por el peor brote de ébola en la historia era “una cicatriz en la conciencia del mundo”. Para algunos sobrevivientes, afirmó, “el dolor y el pesar no pasarán en una generación”. Sin embargo en las vecinas Sierra Leona y Guinea, las otras dos naciones más afectadas por el peor brote de la enfermedad en la historia, se informó de nuevos casos. Funcionarios y sobrevivientes dijeron que son cautelosos a la hora de celebrar el final de la epidemia en Liberia, ya que la presencia de la enfermedad en la región supone que si una persona infectada cruza la frontera, la patología puede reactivarse. “Estamos orgullosos de lo que hicimos colectivamente, pero tenemos que permanecer atentos”, dijo Peter Ene Graaff, representante especial de Naciones Unidas y jefe de la Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al Ébola (UNMEER). “El virus aún no está fuera de la región y, siempre y cuando el virus siga en la región seguiremos expuestos a los riesgos”. El sábado, la presidenta Sirleaf recorrió centros de salud en la capital Monrovia abrazando y tomándose fotos de grupo con trabajadores sanitarios. La líder estuvo acompañada de la embajadora estadounidense Deborah Malac. La OMS registrómás de 4 mil 700 muertes por ébola en Liberia, más que en cualquier otro país afectado, incluyendo 200 trabajadores médicos. En total, África occidental sufrió más de 11 mil bajas por la pandemia. Sirleaf se dijo confiada de que Liberia esté preparada “para lidiar rápidamente con cualquier nuevo caso si se presenta”.