El padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, era una persona muy enferma, consideró el papa Francisco, y advirtió que "uno puede presumir" que hubo encubrimiento en el Vaticano y mucha plata de por medio en el caso del abuso hacia menores. "Lo de la corrupción empieza por los bolsillos ¿no? Pero creo que se trataba de un enfermo. Un gran enfermo", asentó el Pontífice en entrevista con la periodista mexicana Valentina Alazraki, de Televisa. Aseveró que cuando se enteró del "escandalazo" del padre Maciel se preocupó mucho. "¿Cómo esta persona pudo llegar hasta esto? Evidentemente que era una persona muy enferma", dijo a la periodista, según la conversación que hizo pública la Radio Vaticana. "Evidentemente que era una persona muy enferma, porque además de todos los abusos, creo que también había dos o tres mujeres de por medio, hijos, con una o con otra, no sé, o sea que había algo ahí, y mucha plata". Francisco se preguntó: "¿Hubo encubrimiento?" "Uno puede presumir que sí, aunque siempre en justicia hay que presumir la inocencia. Pero sería raro que no, no, tuviera algún ‘padrinito' por ahí, medio engañado, medio que, que sospechaba y no supiera". El Papa también dijo que nunca tuvo contacto con dicha congregación. "Yo nunca tuve contacto con los Legionarios de Cristo. Porque no estaban en Buenos Aires y la primera parroquia se la dio mi predecesor, en la Parroquia Santa María de Betania, cuando la dejaron los religiosos, los Picpus (Congregación de los Sagrados Corazones) y se la dio a ellos. "Eran tres. O sea en Buenos Aires tres religiosos, o sea, no los conocía. Oí hablar de ellos", refirió Francisco, en la entrevista concedida a Televisa. Comentó que cuando se tomó conciencia del problema, se empezó a actuar fuerte. "Entonces el Cardenal Ratzinger llevó la cosa adelante, y la llevó, la llevó, la llevó, y el Papa, San Juan Pablo II, le dio luz verde para llevarla. O sea, él dio luz verde, y cuando lo hicieron Papa, ya actuó, porque estaba maduro el proceso. "Pero, quiero dejar muy claro que el entonces Cardenal Ratzinger y San Juan Pablo II eran conscientes, y dijeron: adelante. Uno, en la investigación. Y el otro dando luz verde". Francisco se preguntó ¿Hubo encubrimiento?