Río de Janeiro, Brasil.- Policías y manifestantes se enfrentaron el martes frente a la sede de la legislatura estatal de Río de Janeiro durante protestas en contra de medidas económicas de austeridad que estaban siendo debatidas en la cámara. Los inconformes arrojaron bombas caseras y proyectiles contra el edificio, y la policía respondió con balas de goma y gas lacrimógeno. Al parecer algo del gas entró a la cámara, y el portal de internet del noticiero G1 mostró una foto de algunos legisladores con máscaras quirúrgicas. Los enfrentamientos tuvieron lugar a lo largo de varias cuadras en torno a la legislatura y se extendieron por unas cinco horas antes de que los manifestantes se dispersaran. En cierto momento la policía entró en una iglesia cercana y disparó desde allí contra los inconformes. Once policías resultaron heridos en los choques, según el comunicado policial. También hubo reportes de manifestantes heridos, pero hasta el momento se desconocía la cantidad. Las manifestaciones se llevaron a cabo en medio de creciente indignación y desconfianza hacia los políticos en Brasil, donde varios funcionarios electos y altos ejecutivos empresariales se han implicados en una red de corrupción. En Río, esta molestia se ve exacerbada por una crisis financiera del gobierno estatal en la que miles de empleados del estado y jubilados no han recibido su paga o la han recibido con meses de atraso. Los trabajadores estatales han organizado numerosas protestas contra las medidas de austeridad en Río, y muchos de los manifestantes del martes eran bomberos. "Como se puede ver, aquí en Brasil tenemos ladrones que dejan el gobierno, ladrones que entran al gobierno, ladrones en el gobierno estatal, ladrones en el gobierno federal", dijo Ronaldo Moreno, portavoz del sindicato de trabajadores petroleros en Río. "Lo que está ocurriendo ahora es una lucha por parte de los trabajadores públicos, pero es una lucha de todos". Los legisladores votaron el martes en favor de eliminar algunas de las prestaciones de las que gozan y recortar los salarios del gobernador y de otros altos funcionarios, entre otras medidas de austeridad. Aunque otros estados brasileños enfrentan presupuestos muy apretados, la situación de Río ha generado una indignación particular, ya que ocurre apenas meses después de que la ciudad fuera anfitriona de los Juegos Olímpicos. Muchos temen que las medidas de austeridad le quitarán recursos a la policía pese a un aumento en la inseguridad. Otros atribuyen la crisis a la corrupción. Como parte de la pesquisa de sobornos en el país, los fiscales ordenaron el martes el arresto preventivo de la esposa de un exgobernador de Río. La mujer, Adriana Ancelmo, y su esposo Sergio Cabral están siendo acusados de corrupción. Los fiscales dicen que Cabral aceptó sobornos de diversas compañías a cambio de contratos de construcción. En total, Cabral recibió millones de dólares en una red de complicidades que incluía lavado de dinero mediante la redacción de contratos falsos y la compra de productos de lujo, según investigadores. Ancelmo también está acusada de lavado de dinero.