Dos sicarios que viajaban en una motocicleta mataron el martes a tiros a Óscar Castillo, presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras, informaron autoridades. "Creemos que los asesinos de Castillo son pandilleros, pero eso lo investigamos", dijo en rueda de prensa el portavoz policial, Leonel Sauceda. "E indagamos si el hecho ocurrió por el cobro de extorsión". Informó que los individuos interceptaron a Castillo, de 42 años, y le dispararon en al menos cinco ocasiones a quemarropa cuando éste se dirigía en automóvil a su vivienda en el barrio Guadalupe, en el norte de la capital Tegucigalpa. Los asesinos huyeron del lugar, mientras que el taxista intentó salir del vehículo y se desplomó en el pavimento. Mortalmente herido y aún con signos vitales, otro taxista que estaba cerca del lugar de los hechos lo trasladó al Hospital Escuela Universitario. Al ingresar al centro asistencial, los médicos intentaron reanimarlo, pero el esfuerzo fue en vano. Castillo fue miembro en su juventud de la Guardia de Honor Presidencial, aunque al retirarse del servicio militar no usó armas. La guardia, de más de 500 soldados, es la que protege al presidente y su familia. A su organización pertenecían más de 4.000 taxistas en todo el país. El también dirigente de taxistas, Edilberto Robles, criticó al gobierno "por no hacer nada para evitar estos crímenes". Advirtió que se realizarán acciones de protestas en las calles de la ciudad por la muerte de Castillo y en demanda de una mayor seguridad para los transportistas y la población. La táctica de sicarios motorizados se ha expandido en Honduras en los últimos 10 años, debido a la alta presencia de pandillas vinculadas al narcotráfico y el crimen organizado. Esa situación obligó al Congreso en 2012 a prohibir un segundo pasajero en una motocicleta, a menos que sea mujer. Es común en Honduras que los pandilleros armados aborden los autobuses y taxis para asaltar a los pasajeros, y a veces los matan. El director general de Transporte, Geovanny Dubón, calificó el crimen de "cobarde e inaceptable". En lo que va del año al menos un centenar de choferes, ayudantes, pasajeros y empresarios del transporte han sido asesinados en Honduras, considerado uno de los países más violentos del mundo que registra una tasa anualizada de 66 homicidios por cada 100.000 habitantes.