Un barco de carga con 970 inmigrantes, de nacionalidad siria y paquistaní, arribó hoy al puerto italiano de Gallipoli luego que militares tomaron el control tras haber sido abandonado por la tripulación, informó la Guardia Costera. El reporte indicó que 170 de los indocumentados, entre ellos mujeres y niños, debieron ser hospitalizados por hipotermia y deshidratación, aunque a bordo de la nave no se encontraron cadáveres, como se temía inicialmente. De la nave Blue Sky M, de bandera moldava, fue lanzada la víspera una señal de alarma cuando navegaba frente a la isla griega de Corfú y según testimonios de sus ocupantes habría salido de Turquía con meta al puerto de Rijeka, Croacia. Sin embargo, el barco habría sido abandonado por la tripulación en el Canal de Otranto tras la llamada de auxilio realizada por uno de los pasajeros, según el cual a bordo había hombres armados. El comandante de la Capitanería del puerto de Gallipoli, Attilio Daconto, y el portavoz de la Guardia Costera, Filippo Marini, informaron que el barco fue abordado por seis militares italianos a unos cuatro kilómetros de la localidad de Santa Maria di Leuca, con auxilio de helicópteros de la Marina y la Aeronaútica. “Fue evitada una tragedia. La nave había sido abandonada por la tripulación con el motor bloqueado y a una velocidad de seis nudos. Se corría el riesgo de una colisión que habría causado muertos entre los ocupantes y un desastre ambiental”, dijo Marini. Precisó que los militares que subieron a bordo de la nave pudieron controlar la situación y cambiar la ruta para arribar a Gallipoli, en la meridional región de Puglia. Dijo que los pasajeros del barco, entre los que había 35 niños, no comían, ni bebían desde hace tres días. Según la Guardia Costera, al término de los interrogatorios un hombre fue detenido bajo sospecha de ser uno de los traficantes de personas.