AP/La Voz de Michoacán Phoenix. Los empleados que fueron vistos en un video jalando y empujando a niños inmigrantes en un albergue privado en Arizona no serán imputados de cargos, dijeron las autoridades el viernes. Los fiscales del condado Maricopa dijeron que no había probabilidad razonable de demostrar que los empleados cometieran un crimen en la ahora cerrada instalación Southwest Key, cerca de Phoenix. Los fiscales agregaron que ninguno de los tres niños sufrió lesiones físicas, que no había evidencia de que hubiera intención de herir a los niños y que no dijeron a los investigadores que se sintieron maltratados. “A fin de cuentas, los fiscales no tuvieron evidencia para demostrar que el uso de la fuerza estaba injustificado a fin de lograr disciplina o para establecer que se había arriesgado la salud física y bienestar emocional de los niños”, dijo en un comunicado la fiscalía de Maricopa. Los incidentes ocurrieron en septiembre y eran investigados por el departamento de policía, que en un principio no recomendó que se presentaran cargos, pero después cambió de opinión cuando el periódico Arizona Republic obtuvo los videos. Southwest Key, con sede en Texas, pasó casi todo el año pasado bajo críticas en Arizona tras una serie de investigaciones de maltrato de niños bajo su cuidado. Con el tiempo la compañía fue obligada a cerrar dos instalaciones, incluida aquella en donde se grabó el incidente. “El anuncio de hoy es un paso importante al retomar nuestro trabajo en Arizona”, dijo Geraldo Rivera, vicepresidente de servicios de niños inmigrantes en la organización sin fines de lucro. “Estoy orgulloso del avance que hemos logrado juntos en los últimos meses”. Los videos están borrosos, pero muestran a empleados jalando a tres menores y empujando a uno contra una puerta. En un video, una empleada está sentada en una mesa en una sala de conferencias jugando con su cabello, mientras otro arrastra a un menor en la habitación. El maltrato continuó incluso después que el niño cayó al piso. El albergue, conocido como Hacienda del Sol, detenía a menores inmigrantes que llegaban a Estados Unidos sin compañía de un adulto o que, en algunos casos, fueron separados de sus familias.