El presidente Barack Obama indició el jueves que Estados Unidos podría imponer nuevas sanciones económicas a Rusia, a la que culpó plenamente por la guerra que se vive en el este de Ucrania. Pero descartó cualquier opción militar y no propuso cambio alguno a una estrategia comandada por Estados Unidos que no ha sido capaz de convencer a Moscú de que cese sus operaciones contra su débil vecino. En una rueda de prensa efectuada en la Casa Blanca, Obama dijo que habló por teléfono con la canciller alemana Angela Merkel, la economía más grande de Europa y un país que ha comandado los esfuerzos diplomáticos para dar fin a los combates entre fuerzas ucranianas y rebeldes respaldados por Rusia. Los mandatarios conversaron después que dos columnas de tanques y vehículos militares rusos entraron al sureste de Ucrania y dispararon misiles contra un puesto fronterizo, y que un millar de efectivos rusos entraron en el país, de acuerdo con funcionarios ucranianos y de la OTAN. "Estuvimos de acuerdo en que Rusia es responsable de la violencia en el este de Ucrania. La violencia es fomentada por Rusia. Los separatistas son entrenados por Rusia, son armados por Rusia, son financiados por Rusia", dijo Obama. "Rusia ha violado deliberada y reiteradamente la soberanía e integridad territorial de Ucrania, y las nuevas imágenes de fuerzas rusas dentro de Ucrania dejan eso bien claro". Obama fue cauto al hablar sobre alguna posible respuesta estadounidense, y expresamente descartó cualquier participación militar de Estados Unidos. Dijo que la reciente actividad de Rusia en Ucrania incurriría en "más costos y consecuencias", aunque ello parecía limitarse a presiones económicas que serán discutidas cuando Obama se reúna con líderes europeos en una cumbre de la OTAN la próxima semana en Gales. También ofreció su "compromiso inquebrantable" con Ucrania y anunció que el presidente ucraniano Petro Poroshenko, visitará la Casa Blanca el mes próximo.