Definiéndolo como una obligación moral, el presidente Barack Obama reveló el lunes la versión final de su plan para reducir de manera dramática las emisiones de las plantas energéticas de Estados Unidos, y advirtió que en caso de que se deje sin atender, el cambio climático amenazará a las generaciones futuras. Durante un evento en la Casa Blanca, Obama dijo que los límites sin precedentes a las emisiones de dióxido de carbono son "el paso más importante" que Estados Unidos ha tomado en su combate contra el cambio climático. Advirtió que debido a la extensión del problema, si el resto del mundo no lo atiende lo más pronto posible, será algo irreversible y las poblaciones serán incapaces de adaptarse. "Cuando se habla de cambio climático, sí se puede llegar demasiado tarde", dijo Obama. Los detractores anunciaron de inmediato que demandarían al gobierno para detener que dicho reglamento entre en vigor. El fiscal general de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, declaró que el estado será parte de un grupo de entidades "que lanzará una agresiva campaña legal". "Sus bases legales son muy, muy débiles", dijo Morrisey sobre la medida de Obama. "Estamos confiados de que prevaleceremos". Las plantas energéticas emiten casi una tercera parte de los gases que atrapan el calor y que son responsables del calentamiento global, y son la fuente de energía más grande en Estados Unidos. Obama ya ha dirigido esfuerzos para minimizar las emisiones de gases invernadero de otras fuentes, como los automóviles y camiones. La versión final del plan de Obama impone límites más estrictos al dióxido de carbono de lo que se esperaba en algunos estados: un recorte de 32% antes de 2030, en comparación con los niveles de 2005, señaló la Casa Blanca. La versión presentada por Obama el año pasado solicitaba una reducción del 30%. También le otorga a los estados dos años adicionales, hasta 2022, para cumplir, accediendo a las quejas de que la fecha límite originalmente planteada estaba muy próxima. Las entidades también contarán con un año adicional para presentarle a Washington sus planes de implementación. Al hacer el anuncio, Obama estuvo acompañado por Gina McCarthy, administradora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), y por padres de pacientes que sufren asma. El actual gobierno ha buscado establecer una conexión entre el cambio climático y el incremento en las enfermedades respiratorias entre las poblaciones vulnerables. "Este es un momento particularmente especial", dijo McCarthy. Mientras se preparan para demandar al gobierno, los estados y las empresas energéticas han solicitado a la EPA que no ponga las reglas en vigor mientras se realizan los procedimientos legales, una noción que rechazó el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest. Ante la ausencia de una demora voluntaria, los detractores del plan han contemplado solicitar a las cortes que decreten una suspensión. Varios estados con gobiernos republicanos han señalado que sus entidades simplemente no cumplirán. El líder de la mayoría ante el Senado, Mitch McConnell prometió utilizar la ley para detener el plan del presidente.