La policía húngara disparó gas lacrimógeno contra un grupo de refugiados, luego que se registraron disturbios en un centro de acogida en su frontera sur, reportaron hoy autoridades locales. La policía hizo frente para contener alrededor de 400 personas en la zona fronteriza de Röszke, donde se registra una llegada récord de refugiados que planean llegar a Alemania como destino final. Los disturbios estallaron en el centro de acogida de inmigrantes y solicitantes de refugio, lo que obligó a la policía húngara a usar gas lacrimógeno. Las autoridades interceptaron a dos mil 533 personas, la mayor parte de Siria, Afganistán y Pakistán, en la frontera entre Serbia y Hungría. Hungría, que forma parte de la zona del espacio Schegen, libre de pasaportes, está construyendo una valla de 176 kilómetros a lo largo de la frontera con Serbia para mantener a los refugiados fuera de país. En lo que es la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, miles de personas, que huyen de los conflictos en sus respectivos países, esperan llegar a los países más ricos de Europa septentrional y occidental, como Alemania y Suecia, pero en su periplo tienen que cruzar por Serbia y Hungría. El gobierno húngaro analiza cómo puede utilizar al ejército para garantizar la seguridad en la frontera sur.