El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, anunció hoy cambios en su gabinete, del cual salen los ministros que se opusieron a las medidas de austeridad exigidas por los acreedores internacionales como condición para un rescate. La remodelación gubernamental llegó después de la votación en el Parlamento griego del conjunto de medidas de austeridad, que evidenció una profunda división en las filas del partido de izquierda Syriza, de Tsipras, quien había pedido apoyo para su aprobación. Aunque finalmente fue aprobado el polémico paquete, que incluye alzas de impuestos y cambios al sistema de pensiones, 32 de los 149 legisladores de Syriza -entre ellos el exministro de Finanzas, Yanis Varufakis- votaron en contra, seis se abstuvieron y uno estuvo ausente. El rechazo al interior de su propio partido, llevó a Tsipras a confiar en los votos de los legisladores de oposición para que fuese aprobado el plan de austeridad, que permitiría a Grecia conseguir un préstamo de urgencia para mantenerse a flote. El hasta ahora ministro de Trabajo, Panos Skourletis, ocupará Energía en reemplazo de Panagiotis Lafazanis, quien era considerado uno de los políticos de línea dura en el partido Syriza. George Katrougalos pasará del Ministerio de Reformas Administrativas al de Trabajo; Tryfon Alexiadis fue nombrado viceministro de Finanzas, en sustitución de Nadia Valavani; y Euclides Tsakalotos confirmado como ministro de Finanzas, cargo que ocupó tras la renuncia de Varoufakis. Christoforos Vernardakis será viceministro de Defensa, mientras que Olga Gerovassili fue nombrada portavoz del Gobierno, de acuerdo con reportes del periódico griego Ekathimerini. Tsipras se había pronunciado contra la drástica austeridad antes de la pasada elección y ello le permitió la victoria sobre su adversario conservador, pero al aumentar la crisis y la presión de los acreedores del país accedió a sus condiciones para obtener ayuda financiera. Las reformas más importantes del plan de austeridad son el incremento de la edad para las jubilaciones, alzas a los impuesto de valor agregado, una reforma de la negociación colectiva y límites estrictos sobre el gasto público. Dentro de una semana, el Parlamento griego debe votar un segundo paquete de reformas, necesario para comenzar las negociaciones para un tercer rescate y, de repetirse la división en Syriza, Tsipras podría dimitir. “El primer ministro Tsipras tiene un grave problema de cohesión en su gobierno y una profunda división en su partido. De momento y hasta que termine el acuerdo con los acreedores no se ocupará de eso, ya que la economía es su máxima prioridad”, escribió el diario local Ta Nea.