Princesa Mako pospone su boda hasta 2020 por “falta de preparación"

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: Agencias. La princesa Komuro y su prometido, ambos de 26 años, iba a participar el próximo 4 de marzo en una ceremonia tradicional .

Notimex / La Voz de Michoacán

Tokio. La princesa Mako, la nieta mayor del emperador Akihito, pospuso hasta el año 2020 su boda con Kei Komuro, un excompañero de universidad, debido a la “falta tiempo para hacer los preparativos”, es decir dos años de lo previsto, anunció hoy la Agencia de la Casa Imperial.

PUBLICIDAD

Creemos que hemos apresurado varias cosas. Deseo pensar sobre el matrimonio de manera más profunda y concreta y tomar el tiempo suficiente para preparar nuestra boda y la vida después de ella”, dijo la princesa en un comunicado divulgado por la Casa Imperial.

Explicó que, además, desea aplazar su matrimonio hasta que hayan transcurrido “una serie de ceremonias importantes para la familia imperial”, en referencia a la abdicación planificada del emperador para el 30 de abril de 2019 y al posterior acceso al trono de su tío, el príncipe Naruhito.

Sentimos mucho pesar por causar este gran problema y una carga adicional a quienes nos han apoyado”, indicó la hija mayor del príncipe Akishino, el hijo menor del emperdor Akihito, y de la princesa Kiko, tras agregar que la Familia imeprial ha mostrado respeto por la decisión tomada.

PUBLICIDAD

La princesa Komuro y su prometido, ambos de 26 años, iba a participar el próximo 4 de marzo en una ceremonia tradicional por el rito “Nosai no Gi”, algo similar a la pedida de mano en la que se hace una promesa de matrimonio ante los padres de la novia, antes de su boda planificada para el 4 de noviembre próximo.

El anuncio sobre el aplazamiento de la bosa se produce después de recientes informes de revistas sobre una disputa financiera entre la madre de Komuro y su antiguo prometido sobre los gastos educativos de su hijo, que fueron asumidos por este.

Mako y Komuro anunciaron a finales de septiembre pasado su compromiso de forma oficial, después de que el emperador dio su visto bueno a la relación, sin embargo, la princesa perderá sus derechos y deberes como miembro de la familia imperial japonesa en cuanto se case.

Este matrimonio reabre el debate sobre la normativa que rige la casa imperial nipona desde 1947, que establece que las mujeres que nacen en su seno pierden su estatus de realeza al contraer matrimonio con plebeyos, algo que ha reducido sustancialmente el número de sus integrantes.