Redacción / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La pandemia por COVID-19 generó las condiciones para el crecimiento de plataformas en línea, como los populares TikTok o Zoom, pero el confinamiento obligatorio en gran parte del mundo también impulsó otro proyecto: Onlyfans, una plataforma y aplicación en internet en la cual las personas pueden pagar por el acceso a contenido erótico (fotos, videos y transmisiones en vivo) a través de una membresía mensual. ¿Cuál es la diferencia con los sitios pornográficos? Que cualquier persona, desde la comodidad de su casa, puede grabarse o tomarse fotos y subirlas a la web para que otros paguen por ver su material. El modelo de negocio de este servicio consiste en que los creadores de contenido pueden ganar dinero de los usuarios que se suscriben a su perfil. Onlyfans se transformó en una fuente de ingreso para muchas personas que vieron la posibilidad de capitalizar con la venta de fotos y videos eróticos las pérdidas económicas que causó la pandemia. Esta plataforma de contenido online está añadiendo, cada día, medio millón de usuarios a su comunidad, la cual paga 200 millones de dólares mensuales a los creadores de los canales, de acuerdo con un artículo reciente de Bloomberg. Este tipo de red social se queda 20 por ciento de los pagos, por lo que terminará ingresando más de 400 millones de dólares este 2020 a partir de 2 mil millones de dólares en ventas totales. Aunque la plataforma fue creada hace años, la actriz Belle Thorne fue en parte responsable del boom de Onlyfans, pues cuando anunció que crearía una cuenta ahí logró ganar un millón de dólares en solo un día de suscripciones, además de hacerla mundialmente conocida. Tal ha sido el auge de OnlyFans que muchos famosos han abierto sus cuentas, y prácticamente cualquier persona puede crear su perfil y, una vez aceptado, puede comenzar a cargar las fotos y videos tomados directamente desde el celular. Pero esa facilidad para vender material erótico con fines sexuales ha abierto un debate entre las jóvenes que se preguntan si lo que hacen es prostitución o no. Georgia Rothe, analista de la ONG regional Asuntos del Sur, dijo a El País que incursionar en Onlyfans es algo que surgió como oportunidad de subsistir en cuarentena, donde no había mucho trabajo y lo único que se necesitaba era internet. La también abogada señaló que este tipo de plataformas se ha convertido en Venezuela en el único trabajo que pueden conseguir muchas chicas. “Se ve mucho en Twitter, están en Only Fans y publican sus perfiles con suscripciones mensuales de cinco dólares, pero en Venezuela cinco dólares es bastante dinero. Y se preguntan ellas mismas si vender un nude o una foto de sus pies es prostitución o no”. Aunque muchos de los jóvenes que cargan su material enseñando sus cuerpos no lo consideran como prostitución, cuando hay un intercambio sexual a cambio de dinero, y es pactado, se trata de trabajo sexual, explicó la académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, Livia Motterle. “La persona que entra en estas plataformas busca satisfacer una fantasía y la foto complace esa fantasía. Es un trabajo sexual muy reducido, un fragmento de un mundo mucho más amplio”. Para algunas chicas es difícil admitirlo, dice, porque “la sociedad piensa que es algo malo, no está reconocido como un trabajo y ellas sufren el estigma público”. Entrada la pandemia, varios organismos económicos internacionales alertaron de que los jóvenes, principalmente las mujeres, de América Latina iban a ser uno de los grupos más perjudicados laboralmente por la crisis. Más allá de las cifras, no se sabía en qué decantaría ese pronóstico, señaló El País.