La reportera húngara despedida por patear y poner la zancadillas a varios refugiados, entre ellos niños, que trataban de huir de la Policía ha pedido perdón por sus actos, por los que está siendo investigada por vandalismo. "Pido sinceramente perdón por lo ocurrido a todos los afectados", dice Petra László en un carta publicada en el portal informativo Mno. La reportera ya había manifestado ayer, sin disculparse, que sentía lo ocurrido el pasado día ocho, cuando puso la zancadilla y dio patadas a varios refugiados, incluido un hombre que cargaba a un niño en brazos, que trataban de burlar un control policial cerca de la frontera entre Serbia y Hungría. Ahora, László afirma que "es difícil expresarse de la forma correcta cuando a uno se le cae en pedazos toda su vida". La reportera, que trabajaba para la televisión N1, cercana al partido de extrema derecha Jobbik, ya había dicho antes de esa disculpa que sentía lo ocurrido y que estaba conmocionada por lo que hizo y por lo que se estaba haciendo con ella. Además de ser despedida e investigada por la Fiscalía, las imágenes de László agrediendo a los refugiados han dado la vuelta al mundo. En la red social Facebook se ha creado un "Muro de la vergüenza de Petra László" que ha recibido ya casi 37 mil "me gusta". "Como madre lamento mucho que el destino me halla llevado hasta una niña, algo que en aquel momento no percibí. Estaba en pánico y ahora me veo en las grabaciones, como si no fuera yo", aseguró ayer, al asegurar que se ha arrepentido de lo que sucedió y que asumirá la responsabilidad.