Las operaciones aéreas rusas en Siria tuvieron como objetivo esta semana instalaciones petroleras que están en manos de los militantes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), destacó hoy el gobierno de Rusia. El Ministerio de Defensa de Rusia, a través de su portavoz Igor Konashenko, dio a conocer el resultado de las operaciones que realizaron los aviones de combate esta semana en Siria y afirmó que los combatientes islamistas están sufriendo “graves pérdidas”. Indicó en rueda de prensa que los bombardeos rusos destruyeron esta semana 12 estaciones de bombeo de combustible, ocho campos petroleros e instalaciones de gas, así como más de 170 camiones cisterna y otros vehículos de transporte de suministros. “Sólo el jueves, aviones Sukhoi-34 atacaron dos convoyes de camiones en carreteras de las áreas de Alepo y Raqqa, destruyendo más de 40 camiones tanque”, apuntó el vocero. Los ataques aéreos rusos propinaron duros golpes a los militantes armados, afectando así sus ingresos por la venta ilegal de petróleo, aseguró Konashenko, de acuerdo con despachos de la agencia informativa TASS. Explicó que los terroristas tienen a su disposición unos ocho mil 500 camiones cisterna que transportan más de 200 mil barriles de crudo al día, así que la destrucción de sitios petroleros y vehículos para transportar el crudo son “graves pérdidas” para ellos. “Los militantes están perdiendo, están desmoralizados y tratando de abandonar sus posiciones. Por ejemplo, dejaron posiciones en las cercanías de (las localidades de) Jebel Rumeli, Hazem al-Abyat y Wadi al-Sayyah”, sostuvo. Las fuerzas aéreas rusas también ubicaron un centro de mando “disimulado” por los terroristas, desde donde habían estado coordinando el fuego de artillería en la zona, y “lo destruyeron por completo”, señaló. Rusia emprendió una campaña militar aérea contra los yihadistas, a petición del presidente sirio Bashar al-Assad, el pasado 30 de septiembre, centrada primero en sus instalaciones de producción y almacenamiento de armas y municiones. Sin embargo, a mediados de noviembre anunció que a partir de entonces sus aviones dispararían hacia sitios de producción, almacenamiento, transporte y procesamiento de combustible controlado por los militantes islámicos.