Agencias/ La Voz de Michoacán Whashington. El clamor contra la política de la administración de Donald Trump de separación de menores en la frontera entre Estados Unidos y México tiene al país al borde de una crisis moral. Las críticas llegan por todas partes ante fotografías y audios que ponen imagen y sonido a la situación que viven los niños, encerrados en instalaciones seudocarcelarias y sin ninguna garantía de que volverán a reencontrarse con sus padres. La Casa Blanca no da visos de promover ningún cambio y, al contrario, defiende sus acciones. "No nos vamos a convertir en un campo de refugiados, no lo vamos a ser", sentenció este lunes el presidente, cerrando la puerta a una relajación de las medidas. No vamos a pedir perdón por el trabajo que hacemos o el trabajo que las fuerzas del orden hacen", añadió por su parte la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien está en el ojo del huracán. Al frente del departamento que ejerce la mano dura contra los inmigrantes, la funcionaria sigue al pie de la letra las pautas marcadas desde el Despacho Oval: la culpa es del Congreso, no de la administración. Esa teoría, única defensa oficial por el momento, la repitió una y otra vez horas más tarde, cuando se enfrentó a los periodistas en la Casa Blanca. Reiteró que el gobierno sigue la ley y pasó toda la presión al Congreso, para que tome cartas en el asunto. Mintió. No existe ninguna ley en EU que requiera separar a los niños de sus padres; ahora mismo es una decisión política tomada que se aplica a rajatabla, a pesar de que intenten venderlo como un callejón sin salida en el que la única opción es separar a menores de sus padres. Progenitores que, con el cambio de interpretación legal y foco persecutorio, se han convertido en criminales por cruzar la frontera sin documentos. La ley obliga a meterlos en la cárcel, y el hecho de no poder encarcelar a menores impone la separación. La excusa de culpar al Congreso esconde la voluntad real de la administración: usar la separación para frenar el flujo migratorio. Si construimos un muro, si aprobamos alguna ley, si cerramos los vacíos legales, no tendremos que enfrentarnos a estas decisiones terribles", dijo este lunes el fiscal general, Jeff Sessions, admitiendo implícitamente que se trata de una opción que se toma por orden de Trump y sus asesores antiinmigrantes. "La imagen que quiero para este país es un sistema migratorio que proteja nuestras fronteras y sostenga los ideales humanitarios", resumió Nielsen. Pero las imágenes que surgen de esta crisis son diferentes. Primeras damas alzan la voz. Todas las primeras damas vivas se posicionaron en contra, incluida Melania Trump —inmigrante de Eslovenia—, quien pidió el domingo a la administración de su marido que "gobierne con corazón". Laura Bush, poco prodigada a dar opiniones políticas en público, escribió un artículo para "The Washington Post" en el que calificaba de "cruel" e "inmoral" una política que le "rompe el corazón". El texto mereció los elogios de Michelle Obama, quien subrayó todo lo que dijo su predecesora ("a veces la verdad trasciende el partidismo", tuiteó); y consiguió el apoyo del ex presidente Barack Obama. Asimismo, se unió a la crítica Hillary Clinton, desmontando la teoría de que todo es culpa de los demócratas y subrayando que es una "absoluta mentira" que la ley marque que haya que separar familias. Rosalynn Carter también se unió a la queja, calificando de "vergonzoso" lo que se hace con los menores. Desde Ginebra, el comisionado por los derechos humanos de la ONU, Zeid bin Ra’ad, hizo un llamado a que "cese de forma inmediata la separación forzosa". "La idea de que cualquier Estado tratará de disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es inconcebible", sentenció. La ola es tan abrumadora que está haciendo mella en los republicanos más conservadores, que hasta ahora estaban en el flanco más antiinmigrante. Ted Cruz, senador por Texas, anunció que iba a presentar una ley para mantener a las familias unidas. Según una encuesta de Quinnipiac, sólo 27% de los estadounidenses apoyan la separación familiar en la frontera, en una encuesta en la que la desaprobación en la construcción del muro está en 58%. Según la senadora demócrata Dianne Feinstein, la cifra de menores separados de sus padres por la "tolerancia cero" ascendió a 2 mil 342 entre el 5 de mayo y el 9 de junio. NBC reporta que los servicios sociales tienen bajo custodia a 11 mil 785 niños migrantes, una cifra que, al ritmo actual, superará los 20 mil antes de agosto. Cabe mencionar que defensores de los derechos humanos de México, Honduras, Colombia, Guatemala y Ecuador pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dicte urgentes medidas cautelares para detener la política migratoria del gobierno de Estados Unidos de "tolerancia cero", que separa a la niñez migrante de sus familias, y aseguraron que la actuación de la Casa Blanca "es inhumana", se informó. A la par, varios personajes famosos de diversos ámbitos se han pronunciado ya contra la medida de "cero tolerancia" que ha implementado el gobierno de Donald Trump contra los migrantes.