Tras casi una semana de manifestaciones contra el presidente Rafael Correa convocadas por indígenas, sindicalistas y movimientos sociales, la protesta pasaba el miércoles casi desapercibida en la capital ecuatoriana. Unos 200 indígenas acampaban en un parque del centro norte quiteño mientras las mayores manifestaciones se registraban principalmente en el sur del país y la Amazonia. A lo largo de la semana las protestas más importantes tuvieron lugar en la población indígena de Saraguro, 375 kilómetros al sur de Quito, y en Macas, 240 kilómetros al sureste, donde en las últimas horas se produjeron fuertes enfrentamientos entre policías y manifestantes. Desde que comenzó el paro nacional el 13 de agosto en rechazo de leyes y enmiendas constitucionales que permitirían la reelección indefinida de Correa y otros funcionarios de elección popular, hubo 105 detenidos y 35 heridos en el lado indígena y sindicalista, según informaron los dirigentes, mientras que más de 100 policías resultaron lesionados. Para evitar que el paro languidezca, los dirigentes buscarán mecanismos para sostenerlo en consultas que mantendrán con sus bases. Pablo Serrano, presidente del Frente Unitario de Trabajadores, el máximo organismo sindical del país, dijo a corresponsales que a las bases les van "a preguntar cuál será el proceso y las estrategias de ahora en adelante para sostener el levantamiento indígena y las diferentes movilizaciones". En tanto, Jorge Herrera, presidente de la mayor organización indígena del país, señaló que "decimos a Ecuador y al mundo que el movimiento indígena se ha puesto de pie... con dignidad para reclamar derechos fundamentales". Correa ha dicho que las protestas buscan la desestabilizar a su gobierno.
La Voz de Michoacán
