Redacción / La Voz de Michoacán Bolivia. Wilfredo Negrete monta su bicicleta, se carga el pizarrón y emprende el camino rumbo al campo para continuar su labor de enseñanza con sus alumnos que están en cuarentena por la pandemia del coronavirus. Tres veces por semana el maestro visita las casas de los ‘wawas’ (niños en quechua) en Aiquile, localidad del centro de Bolivia, conocida porque anualmente alberga el festival del charango y también porque hace 22 años fue sacudida por un fuerte sismo que causó cuantiosos daños materiales y cobró la vida de 124 personas; y aunque algunos reciben las tareas vía WhatsApp, la mayoría no tiene dispositivos móviles ni Internet. https://twitter.com/diarioelheraldo/status/1273024046821773313 En entrevista para la agencia AFP, Wilfredo, de 35 años de edad, explica que tiene 19 estudiantes y 13 de ellos no tienen celulares ni acceso a Internet. Negrete, aficionado al ciclismo y padre de dos pequeños hijos, no recibe paga adicional por esta labor, y no sólo visita las comunidades rurales donde viven sus alumnos, también los recibe en su casa, donde asume todas las medidas sanitarias para evitar contagios. Dispone de mesas para el distanciamiento físico y proporciona gel antibacterial para antes y después de las clases. Foto: captura de video "Está bien que esté enseñando a las 'wawas', dando su tiempito", dice a AFP Ovaldina Porfidio, madre de dos hijos, uno de los cuales pertenece al curso del profesor. "Las wawas están olvidando los contenidos escolares", agrega Ovaldina, quien camina al menos dos kilómetros para llevar a sus hijos al domicilio del maestro casi a diario. Wilfredo Negrete, docente de educación primaria, tiene un salario que ronda los 500 dólares mensuales; atiende a los alumnos de su clase y también a otros niños y adolescentes que le visitan para reforzar los conocimientos y no quedar rezagados.