Ana María Martínez Cabello “La tecnología por sí misma no es transformativa. Lo realmente transformativo es la escuela y la pedagogía”.Tanya Byron Hoy en día no podemos desvincular la tecnología de las ciencias sociales, ni tampoco desvincular las ciencias sociales de la tecnología, ya que la trilogía –sociedad– cultura– y –ciencias sociales–, como afirma Teresa Pacheco Méndez, tienen una relación histórica continua y de permanente actualización, donde la presencia e intervención tecnológica cumple un papel fundamental; relación que tiene como objeto de estudio acercamientos provenientes de las ciencias sociales, entre los que destacan estudios sobre los efectos que la innovación tecnológica produce en la sociedad en cuanto a su utilidad como herramienta de uso práctico, toda vez que la relación entre ciencia, tecnología y sociedad surge de la necesidad del desarrollo científico y tecnológico de la sociedad; ya que los estudios con efectos prácticos, donde el entorno institucional figura como el principal referente de contexto, por lo que, las tendencias abarcan y se circunscriben preferentemente a los espacios institucionalizados de la vida económica, la educación, el arte, la comunicación y la salud, principalmente. La tecnología y la comunicación han entrado en un proceso de manera decisiva y continua en el mundo, modificando referentes culturales en los distintos ámbitos de la vida cotidiana; proceso que se ha resignificado en la interacción y el intercambio social, expresándose de formas novedosas e incluso potencialmente renovables con y frente a la Tecnología. La sociedad tecnológica, es un conjunto de sociedades que se han ido formando a partir de la era postindustrial, la colaboración origina la formación de nuevas estructuras que cambian sustancialmente el modo de vivir en sociedad. Para transformar el entorno y la naturaleza se busca utilizar la tecnología de forma racional, crítica y creativa de recursos y conocimientos, investigando como usar la tecnología para resolver problemas y satisfacer necesidades tanto individuales como sociales. La cultura, Marvin Harris la define como el conjunto aprendido de tradiciones y estilos de vida socialmente adquiridos, de los miembros de una sociedad, incluyendo su conducta, definición que tiene como precedente lo expuesto por Sir Edward Burnett Tylor, fundador de la antropología académica, que concibe a la cultura como un todo complejo, que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre, en tanto integrante de la sociedad. Aunque lejos de estas ideas antropológicas e históricas de pensar a la cultura como la unicidad de las culturas fijas respecto a un lugar geográfico determinado, o como la secuencia de etapas o civilizaciones, coincidimos con Giménez en que la cultura es la dimensión simbólico-expresiva de todas las prácticas sociales, incluidos sus hábitos y productos materializados en forma de instituciones. Para algunos antropólogos, la cultura consiste en valores, motivaciones, normas y contenidos ético-morales dominantes en un sistema social; Para otros, la cultura abarca no sólo valores e ideas, sino todo el conjunto de instituciones por las que se rigen los hombres; otros antropólogos consideran que la cultura consiste exclusivamente en los modos de pensamiento y comportamiento aprendidos, mientras que otros atribuyen mayor importancia a las influencias genéticas respecto a los rasgos culturales. Algunos otros más, opinan que la cultura consiste exclusivamente en pensamientos o ideas, mientras que otros defienden que la cultura es el modo socialmente aprendido de vida que se encuentra en las sociedades humanas y que abarca todos los aspectos de la vida social, incluidos el pensamiento y el comportamiento. Por lo anterior, podemos ver que la tecnología tiene que ver con la capacidad de cambio de las sociedades, las instituciones, los grupos sociales y los individuos, en este sentido Fermín Bouza asegura que la velocidad de los procesos tecnológicos podría no ser homogénea con los cambios sociales necesarios para acogerlos, y en este caso entraríamos en una crisis de adaptación, de la sociedad a la tecnología, con problemas de diversa índole difíciles de prever. Coincidimos con la afirmación de Kevin Roose, de que, a la sociedad le cuesta trabajo ponerse al día con la tecnología, ya que tomó mucho tiempo para que la tecnología avanzará y ahora está avanzando a pasos tan agigantados, que hasta cierto punto resulta difícil de asimilar, por lo que, en la transformación tecnológica, las habilidades humanas se vuelven muy importantes. El Psicobiólogo José Martínez Selva, asegura que las nuevas tecnologías pueden causar estrés, ansiedad, insomnio, dependencia, o incluso adicción si no sabemos usarlas adecuadamente y si no tenemos claridad de que la tecnología en cuanto actividad humana debe usarse para satisfacer necesidades y resolver problemas, que ayuden a transformar el entorno y la naturaleza, utilizándola racionalmente, de forma crítica, pero sobre todo, de forma creativa los recursos y conocimientos para mejorar el entorno social.