DESDE EL PSICOANÁLISIS | La economía del Papa Francisco
La encíclica “Sobre el cuidado de la casa común”, del Papa Francisco, ha dejado una serie de enseñanzas ecológicas, económicas, políticas, filosóficas y humanas


La encíclica “Sobre el cuidado de la casa común”, del Papa Francisco, ha dejado una serie de enseñanzas ecológicas, económicas, políticas, filosóficas y humanas, que han movido consciencias y han promovido movimientos como “La economía de Francisco” (https://francescoeconomy.org/es/), de un grupo de empresarios, estudiantes y agentes de cambio, que están trabajando para impulsar el cambio.
De ese trabajo, se derivan declaraciones, acciones, eventos e iniciativas que dan forma a varios documentos.
El primero de ellos fue el “Pacto para la Economía” que afirma: “Nosotros, jóvenes economistas, emprendedores, agentes de cambio, llamados a Asís de todos los lugares del mundo, conscientes de la responsabilidad que recae sobre nuestra generación, nos comprometemos ahora, individualmente y todos juntos, a emplear nuestra vida para que la economía de hoy y del mañana se convierta en una Economía de Evangelio.”
Ese primer párrafo encierra una riqueza conceptual, con responsabilidad, consciencia ecológica y disciplinaria, que refleja una idea y una obra surgidas hacia los siglos XII y XIII, por medio de Francisco de Asís, que resulta de una actualidad y vigor inestimables.
Y continúan: “Por consiguiente: una economía de paz y no de guerra, una economía que se opone a la proliferación de las armas, especialmente las más destructivas”. Es una aseveración que hace frente a un Planeta lleno de conflagraciones -19 conflictos en Europa, Asia, África y América del Sur”, que no admite soslayo ni demora para actuar.
“Una economía que asume el cuidado de la creación y no la saquea, una economía al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa (…) -sobre todo- de los más frágiles y vulnerables”, es una posición opuesta al punto de vista centrado en el lucro y la ganancia, que no para en mientes en destruir, devorar, deteriorar, expoliar vidas humanas, animales y vegetales, que deja páramos donde había complejos sistemas ecológicos, que extingue innumerables especies, deteriora el equilibro del clima y no considera más que un supuesto desarrollo ilimitado, imposible de sostener.
Aquí entra lo que se citaba una semana atrás: la Biomimesis, como una herramienta que coadyuva a crear una economía circular, ecológica, que mira al futuro y que deja al Planeta, mejor que como lo encontró. Se basa en ocho principios:
1) La biomimesis es la innovación inspirada en la Naturaleza: celdas fotovoltaicas como las hojas; fibras como la tela de la araña, las cerámicas irrompibles como la madreperla, ciclos perennes como los de los bosques de secuoyas… Se trata de aprender de miles de años de experiencia, de todas las especies, que tiene soluciones absolutamente probadas como óptimas, para hacer frente a los problemas del mundo actual.
2) El principio precautorio es la acción de prevenir riesgos antes de que éstos se manifiesten; como ejemplo, no vivir en los cauces de los ríos, ni a la orilla del mar. Esto comprende cinco principios que lo explican: responsabilidad, al iniciar una nueva actividad, que implica demostrar que no hay una alternativa más segura para lograr lo que ha de lograrse. Respeto, para evitar daños. Prevención, para gestionar medios que eviten daños potenciales. Obligación de saber e informar a la sociedad riesgos y posibilidades. Obligación de compartir el poder, es decir la democratización de la toma de decisiones en relación con la ciencia y la tecnología.
3) La eco-eficiencia, busca mejorar de manera sustantiva la eficiencia de los procesos y las máquinas, la captación del agua de lluvia, las energías solar, eólica, mareomotriz, la bicicleta. Por ejemplo, el 24 por ciento de todos los viajes urbanos en Londres, hacia el año 2013. En Ámsterdam, hasta más bicicletas que personas. Ello disminuye el tráfico vehicular, reduce la peligrosidad, abate la contaminación, disminuye el costo de la movilidad.
4) La autocontención, como el caracol, que construye la delicada arquitectura de su concha, añadiendo una tras otra las espiras cada vez más amplias, y después cesa y comienza a enroscarse, en decrecimiento.
5) La justicia socio-ambiental: hoy, la desigualdad es fruto de la avaricia y la corrupción.
6) La función exponencial.
7) La economía solidaria.
8) La conciencia holística.