Raúl Castellano Cada año, vemos que aumentan el número de ciclones, que también se han vuelto más violentos y, en consecuencia, el impacto que causan son realmente catastróficos. La zona que ha recibido el mayor número de ciclones, que además han resultado los más fuertes, ha sido el Caribe y la península de Florida en los EE.UU. En este sentido, México ha tenido suerte, sin embargo, no se ha librado de ellos. El huracán Katia entró al Golfo de México e impactó en el Estado de Veracruz y afectó también, a Oaxaca, causando el fallecimiento de 5 personas y daños a 50 municipios. Como sabemos, no es solo la fuerza del viento la que causa problemas y destrozos, pues las lluvias a veces suelen ser peores. En Veracruz, ya habiendo disminuido la fuerza del meteoro, que ni siquiera era ya una tormenta tropical, las lluvias fueron copiosas, tanto que se esperaba la cresta de los ríos Jamapa y Cotaxtla y los municipios de Medellín, Jamapa, Boca del Río y Veracruz fueron castigados por el ciclón que pegó en Tecolutla, con vientos de 170 km. por hora, con fuertes lluvias, especialmente en la zona de la montaña, provocando el desbordamiento de 10 ríos y cuando menos, 7 afluentes, ya que las lluvias duraron una semana. Los ríos Cazones, Nautla, Actopan, y La Antigua, pusieron en peligro las comunidades de Santa Rosa, Hornitos, Limoncito, Zapotito, Zempoala, en Úrsulo Galván, y en Cardel, las localidades de San Pancho y La Antigua. En la zona Mixe de Oaxaca, en el Municipio de Santiago Choapan, así como San Jerónimo Tabiche y Ocotlán, fallecieron 3 personas, se derrumbaron puentes y hay un sinnúmero de damnificados. Mientras tanto, el huracán Irma, con una gran fuerza, que entró con categoría 4, aunque un poco antes llevaba fuerza con categoría 5, dejó fuertes daños en Puerto Rico, y devastación en otras islas menores de la región, provocó inundaciones en La Habana, Cuba, y después de una semana de azotar el caribe, llegó a los callos de Florida, desviándose hacia el oeste, pasando por Tampa, donde por fortuna no se cumplieron los pronósticos apocalípticos; sin embargo, debido a estos pronósticos, se produjo una evacuación sin precedente en ese Estado de la Unión Americana. Los vientos de 209 km. por hora, dejaron sin electricidad a 5 millones de personas. La cifra total de muertos fue de 27 personas, con los 3 fallecimientos ocurridos en Florida. Afortunadamente el huracán José se desvió al este y siguió de largo, pero ahora, el huracán María, con categoría 5, ha azotado a Puerto Rico, Haití y la Dominicana, con fuerza inusitada, dejando devastación por todos lados. Este apretado relato de esos terribles huracanes, constituye una prueba más, de las consecuencias provocadas por el cambio climático, que se niegan a reconocer los más testarudos o los hipócritas que lo niegan para poder seguir contaminando al mundo. Desde el año 2000, por lo menos, comenzaron las advertencias alarmantes: temperaturas en aumento, glaciares que se derriten, mares cuyo nivel se eleva, y en todo el mundo se siente el peligro. Al mismo tiempo que estas alarmas se disparaban en los EE. UU., allá se preguntaban ¿por qué en Washington ni siquiera se conmueven? En aquellos años gobernaba George Bush y su comportamiento respecto del problema dejaba atónitos a los medioambientalistas, quienes comentaban que con acciones concertadas y nuevas tecnologías, no era demasiado tarde para enfriar el invernadero. Los científicos advertían que el calentamiento global podría causar sequías, enfermedades, e inquietud política. El panel científico de la ONU, hace unos 17 años, advirtió que ese comportamiento del clima, podría volverse más común y amenazador. Y lo peor de todo, es que en Cambio Climático es consecuencia de las acciones del hombre, nosotros provocamos ese cambio. La década de los noventa ha sido la más caliente, y la elevación de la temperatura, fue debido a la quema de aceite, carbón, y otros combustibles que liberan dióxido de carbono, así como los llamados gases de efecto invernadero. Las últimas consecuencias del cambio, han sido más graves que las que se predijeron a mediados de la década de los noventa. Para el año 2100, se espera que las temperaturas se eleven entre 2.5 a 10.4 F a nivel mundial, lo que causaría inundaciones, epidemias, incendios, guerras por el agua, polución, ondas de calor capaces de matar gente, sequías y altas temperaturas que impidan obtener cosechas de alimentos y millones de refugiados. Esto desde luego no es un juego. El debate sobre el tema ha terminado hace tiempo, y es una realidad que sufriremos consecuencias, solo que no sabemos hasta donde llegarán. El problema es peligroso y amenazador, por lo que no se puede entender que los EE.UU., siendo el país que más contamina el mundo, no haga nada para contrarrestar el calentamiento, especialmente porque ese país sufrirá también las consecuencias. La malaria podría ser una amenaza en Vermont, los granjeros de Nebraska tendrían que dejar sus cultivos por falta de agua, o áreas de Miami quedarían bajo el agua. Lo que está ocurriendo ahora, en Alaska, parte de los EE.UU:, es que se está descongelando y se está perdiendo el “permafrost”, que es la capa del suelo que está permanentemente congelada, lo cual puede contribuir al calentamiento del planeta. En las últimas décadas, la temperatura en las zonas en el norte de Alaska ha aumentado 5ºC, que es mucho. Esto puede modificar y dañar seriamente el ecosistema de ese Estado, así como de la región. Todo esto nos debe llevar a preguntarnos, ¿por qué, ante toda esta evidencia el Presidente Trump cree que no pasa nada? ¿se trata de su ignorancia y estupidez, y adopta esta conducta para seguir contaminando al mundo? Este tema debiera ser un asunto de la mayor importancia del que se debiera ocupar ya la ONU. Debe verse el que este país adopte los compromisos de Kyoto y el más reciente de París. Mientras tanto surge otra pregunta: ¿habrá tiempo para revertir los efectos negativos del Cambio Climático? Si la respuesta fuera negativa, debemos todos alrededor del mundo, conocer ahora, sobre sus catastróficas consecuencias y las acciones que estén tomando los diversos países alrededor del mundo.