Claudia Luna Palencia En lo que va del siglo XXI se vive una nueva Guerra Fría con una serie de potencias involucradas y el escenario de los roces ya no es únicamente en el terreno de la geopolítica o de la geoeconomía, incluso ha llegado al espacio. El pasado 13 de septiembre, el dictador norcoreano Kim Jong-un realizó una visita de Estado a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la ciudad de Vladivostok. Allí Jong-un ofreció a Putin su total apoyo en la guerra que libra con Ucrania tras invadir al país en febrero del año pasado y mostró su disposición a favor de proveer de armamento al Kremlin a cambio de lograr el apoyo de Rusia para que Corea del Norte acelere su expansión en el espacio a través de los satélites. Ambos dictadores se trasladaron al cosmódromo Vostochny ubicado en los bosques al este de Rusia en el que son fabricados los satélites rusos y otros artefactos que llegan al espacio. Corea del Norte está dispuesta a dar armas a cambio de tener satélites de fabricación rusa. Durante la visita a las instalaciones, Jong-un pudo ver parte del ensamblaje del nuevo propulsor espacial ruso, llamado Angara. Allá arriba también se libra una guerra por conquistar el espacio y explorar el universo. La Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense afirma que el espacio también se está militarizando. De acuerdo con el informe Desafíos a la seguridad en el espacio de 2022 tanto China como Rusia están desarrollando nuevos sistemas espaciales para mejorar su efectividad militar. Este organismo menciona diversos ataques que han pretendido interferir en el buen funcionamiento de los satélites; intentos de intervención para controlarlos y otros intentos abortados dirigidos a boicotear la navegación y comunicación de varios satélites. La CIA, así como el Pentágono, denuncian que los ciberatacantes chinos han estado apuntando durante mucho tiempo a los satélites estadunidenses con la finalidad de boicotearlos. El mayor riesgo está en las redes satelitales híbridas (HSN) que están convirtiéndose cada vez más en un objetivo para los ataques cibernéticos porque ofrecen desafíos únicos para los atacantes. A colación El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) explica que "el sector espacial está en transición hacia HSN, que es una agregación de terminales, antenas, satélites, cargas útiles u otros componentes de propiedad y operación independientes que comprenden un sistema satelital. Los riesgos se multiplican, así como los desafíos en la medida que van proliferando sin control alguno los satélites: en 2018, el World Economic Forum señaló que Estados Unidos tenía en el espacio 830 satélites para este año suman ya 2 ml 804 satélites. Y, China, pasó de 280 satélites dicho año a 467 en 2023 mientras Rusia de 147 a 168. La mayoría de los satélites tienen fines militares, el resto civiles, científicos, gubernamentales, de mapeo de la tierra; de estudio del universo, de geolocalización y de comunicaciones. Con la invasión de las tropas rusas a Ucrania y que se trata de una guerra librada por una potencia nuclear contra un país que no lo es, ha cobrado especial atención el uso de los satélites como mecanismos de defensa militar y de apoyo al espionaje tradicional. Gracias a los satélites norteamericanos y británicos pudo corroborarse que Rusia preparaba una invasión tres meses antes de hacerla efectiva; las imágenes captadas por las potentes lentes y las coordenadas proporcionadas por los ordenadores evidenciaron un inusual desplazamiento de tropas, efectivos, carros de combate y otro equipo militar camino de Valuyki, a 27 kilómetros de la frontera rusa con Ucrania; así como a Belgorod o inclusive, largas columnas de soldados rusos por Narodia, Bielorrusia, en su camino hacia la toma de Kiev. Han sido los satélites estadounidenses y británicos, los que evitaron el factor sorpresa que tan letal es en una guerra y además siguen proveyendo de valiosa información militar a las tropas ucranias para que sus ataques sean más certeros contra las posiciones rusas e incluso salvaguardando la vida del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que ha logrado (hasta el momento) salir indemne de los ataques para asesinarlo. @claudialunapale