POR LA ESPIRAL |Europa teme ola de atentados

Este pasado fin de semana, en Francia se denunció una amenaza de bomba que obligó a desalojar el Museo Louvre y el Palacio de Versalles y también la estación de trenes de Lyon.

Foto: twitter

Claudia Luna Palencia

Europa intuye una ola de atentados terroristas, por parte de células yihadistas y hasta el momento han acontecido algunos ataques cometidos por personas solas que al grito de Alá es grande han asesinado a gente inocente.

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Desde que estalló nuevamente el conflicto entre palestinos e israelíes, el pasado 7 de octubre, cuatro ciudades han registrado actos de barbarie ya recogidos como actos terroristas: Bélgica, Francia, España y hasta en China, luego de que un funcionario de la Embajada de Israel fuera acuchillado.

Este pasado fin de semana, en Francia se denunció una amenaza de bomba que obligó a desalojar el Museo Louvre y el Palacio de Versalles y también la estación de trenes de Lyon.

Ha vuelto a suceder la amenaza de bomba en Francia y las autoridades han decidido poner al país galo en el máximo nivel de alerta antiterrorista lo que supone desplegar a siete mil militares en varios puntos críticos de comunicación en la geografía francesa.

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En España, seguimos en nivel IV, el máximo es el V, pero el Ministerio del Interior cree que con eso basta y que no será necesario recrudecer los niveles de vigilancia. Bélgica ha secundado a Francia y está en nivel de riesgo potencial de atentado.

Después del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos, a varios países europeos les ha tocado vivir y llorar por sus muertos en terribles atentados reivindicados por Al Qaeda y otros, por los yihadistas del Estado Islámico.

El temor porque cunda otra nueva ola mortífera y masiva es real. Ahora mismo hay tres países en riego elevadísimo: Reino Unido, Francia y Suecia puesta en la diana tras sus escenas de quema del Corán.

No sabemos muy bien qué sucederá con la actual guerra de castigo barbárica y brutal aplicada por el ejército israelí en la población civil de la Franja de Gaza, pero lo cierto es que Europa siempre sale muy raspada.

Lo está viviendo con la invasión de las tropas rusas a Ucrania y también lo padecerá como recrudezca la guerra de la ira israelí y entren actores como Irán y entonces aquello se convierta en una guerra regional a la que, sin duda, la Casa Blanca arrastraría a sus aliados europeos.

Y es injusto porque la mayoría de la población europea está a favor de la causa palestina; estos días las marchas a favor de los palestinos, de su liberación, de sus derechos humanos, de que dejen de matarlos y tengan su propio país Palestina ha llenado las calles de multitudes.

A colación

Sin embargo, es una visión permanentemente eurocéntrica la que termina enredando las cosas tanto adentro de la Unión Europea (UE) como en su postura externa.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, después de Blinken fue la segunda en viajar a Tel Aviv para solidarizarse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al que aprovechó para decirle que Israel tiene todo el derecho a defenderse de los terroristas de Hamás.

Esa carta blanca también ha venido por parte del primer ministro de Alemania, Olaf Scholz, que por razones históricas no tiene más que apoyar a Israel con su atroz respuesta bélica. Lo mismo han hecho Francia e Italia.

Sus respectivos gobiernos, claro, porque el sentir de las calles es distinto: desde Madrid, Londres, Bruselas, Roma, hasta Berlín las avenidas lucen atiborradas de cientos de miles de personas con la bandera palestina pidiendo paz y el cese de la matanza de civiles por parte de los bombardeos llevados a cabo por Israel.

Han intentado desde la Comisión Europea cortarle los fondos de ayuda para la infraestructura y para el desarrollo enviados a los palestinos desde hace décadas. El anuncio del corte de las ayudas duró solo 40 minutos y tuvo que ser revertido a petición de Luxemburgo, España, Dinamarca y Suecia.

La actitud de condenar solo el daño y el sufrimiento de una de las partes en el conflicto ha sido siempre una política miope y taciturna aplicada por la UE que solo profundiza los problemas y genera enemistades gratuitas. Hoy, Europa tiembla de miedo, ante una ola de ataques… los propios líderes tienen la culpa en parte por su visión unilateral en la que solo ven por las necesidades y el sufrimiento de Israel e ignoran la situación de los palestinos que son, para empezar, a los que robaron el territorio a partir de 1948. La UE sigue sin tener una capacidad de asimilación real de los conflictos y de tener una postura creíble como mediador de paz.

@claudialunapale