Claudia Luna Palencia La prensa internacional ya se hace eco de “las siete vidas de Sánchez” un político de fondo, muy resistente y astuto, que ha terminado quitándose todos los obstáculos políticos que han intentado frenarlo desde dentro del mismo Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En estos últimos años ha resistido como un monolito: se sacudió el poder de la socialista Susana Díaz en Andalucía, eso sí, a costa de perder el tradicional feudo del PSOE reconvertido en nuevo eje del Partido Popular (PP); a Albert Rivera, el entonces líder de Ciudadanos partido que en su momento llegó a ilusionar en España a los electores de centro también lo venció con su obstinación y resistencia. La ya histórica negativa de Rivera para darle los votos de Ciudadanos a fin de crear una coalición de gobierno PSOE-Ciudadanos ha dejado, cuatro años después, un escenario político en el que Ciudadanos prácticamente ha desaparecido de la esfera nacional. Rivera salió del partido el 11 de noviembre de 2019 y en estas elecciones Ciudadanos ni siquiera obtuvo alguna representación. Lo que ha pasado en España “es un golpe maestro” de la izquierda contra el partido conservador, así lo abordó el periódico británico The Guardian que además refirió que Sánchez les da una lección a los otros gobernantes europeos. En los últimos ocho años, el país ibérico ha vivido cinco elecciones generales. De acuerdo con el analista político, Eoghan Gilmartin, el socialista Sánchez es el político de centroizquierda más exitoso de Europa en la última década. No son pocos los especialistas políticos que reconocen la personalidad rocosa del actual mandatario: Sánchez incluso se ha quitado de en medio a Pablo Iglesias, que en su día llegó a ser su vicepresidente y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, entre 2020 y 2021; ha sido llamativo que Iglesias dejase de presidir a Podemos. ¿Por qué Sánchez no se ha desplomado en las urnas en estas elecciones? Al respecto Gilmartin destaca que en esta campaña reciente el PSOE jugó hábilmente “la carta antifascista” avisando del impacto de la entrada del partido de extrema derecha Vox en una serie de gobiernos de coalición municipales y regionales y ahora con la posibilidad de entrar en coalición con el PP en el gobierno de España. A colación El escenario para el país ibérico es muy complicado porque hay dos caminos uno con menos implicaciones que el otro: el primero, abocaría a una repetición electoral en diciembre y el segundo, tendría graves consecuencias históricas porque podría terminar rompiendo a España tal y como los secesionistas catalanes pretenden si el presidente Sánchez para investirse otra vez les ofrece cumplir con las prerrogativas demandas por JuntsXCat; nada más y nada menos, que se les conceda la autodeterminación, léase la independencia de Cataluña y la amnistía para todos los procesos y prófugos políticos que organizaron el referendo ilegal secesionista de octubre de 2017. Los partidos indistintos al PSOE y al PP saben bien que cada uno de sus votos traducidos en escaños valen su peso en oro y las negociaciones tendrán un costo político. Así está el mapa en número de escaños tras las elecciones: PP 136 diputados; el PSOE 122; seguido por la ultraderecha de Vox con 33; después está la ultraizquierda con Sumar con 31; los catalanes de ERC con siete; el independista catalán JuntsXCat con siete escaños; el partido vasco filoetarra Bildu con seis; el Partido Nacionalista Vasco con cinco; los gallegos del Bloque Nacionalista Galego (BNG) con un escaño; así como Unión del Pueblo Navarro (UPN) con un escaño y Coalición Canaria con otro escaño. El ganador de las elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo que se ve a sí mismo como un político de Estado ha insistido en la necesidad de que su partido, el PP y el PSOE, logren un acuerdo en el que sea respetado que gobierne la lista más votada; pero el socialista Sánchez no está dispuesto a ello, no pretende regresar a las viejas reglas del bipartidismo y quiere reeditar su coalición de gobierno, esta vez sin Unidas Podemos y hacerlo con Sumar que ha surgido en sustitución del espacio ocupado por los podemitas. ¿Qué pactos podrían darse? El margen de maniobra del PP pasaría por una coalición con la ultraderecha de Vox, lo que darían 169 escaños; más los escaños de UPN y Coalición Canaria e intentar convencer al PNV de aportarle sus cinco escaños y así lograr los 176 escaños de la mayoría absoluta. No obstante, de momento, los nacionalistas vascos han dado un portazo a Núñez Feijóo. Además, el PP en campaña dijo que no estaría dispuesto a una alianza de gobierno con la ultraderecha de Vox que en estos momentos es la tercera fuerza política en España, aunque ha perdido 19 escaños en estas elecciones en comparación con los 52 escaños de las elecciones de 2019. De aliarse para gobernar sería la primera vez, desde el fin de la dictadura de Francisco Franco, que un partido ultranacionalista de derechas entrase al gobierno español. Luego está la sumatoria que hace el propio Sánchez para volver a investirse: a los escaños del PSOE añadir a Sumar, a ERC más Bildu, al PNV, al BNG y necesitaría a los independentistas catalanes de JuntsXCat para lograr 179 votos. Significaría consolidar la ruptura de España, a cambio de seguir gobernando otros cuatro años en la Moncola. De consumarse sería un precio histórico irreparable… @claudialunapale