POR LA ESPIRAL | La otra crisis que vendrá

Hasta el 30 de septiembre, el New York Times hablaba de 22 misiles explosionados en varias pruebas en 2022; sin embargo, a principios de octubre, el régimen de Kim Jong-un realizó tres lanzamientos más

Foto: twitter

Claudia Luna Palencia

Las próximas semanas están complicándose todavía más en el contexto de la geopolítica y geoeconomía a lo que se añade la amenaza latente de Corea del Norte que a lo largo del año ha lanzado una serie de misiles de distintos tipos de alcance y potencia.

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Hasta el 30 de septiembre, el New York Times hablaba de 22 misiles explosionados en varias pruebas en 2022; sin embargo, a principios de octubre, el régimen de Kim Jong-un realizó tres lanzamientos más que provocaron la alerta en Japón luego de que un misil balístico Hwasong-12 sobrevolase el territorio nipón.

Como respuesta disuasoria, Estados Unidos junto con Corea del Sur y Japón, lanzaron cuatro misiles balísticos y llevaron a cabo una serie de ejercicios militares en la zona del mar de Japón.

Luego está el petróleo y el gas como arma de guerra. Tras conocer el anuncio del tope al precio del petróleo ruso propuesto por los 27 países miembros de la UE, unas horas después, los miembros de la OPEP y Rusia dieron a conocer que recortarán su producción de crudo en dos millones de barriles de petróleo diarios.

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El anuncio lo ha realizado, Amir Hossein Zamaninia, viceministro de Energía iraní, quien además ha reiterado que el cartel petrolero seguirá cooperando con Rusia hasta 2023. La OPEP está formada por Argelia, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.

El impacto de esta medida elevará más los petroprecios en un contexto económico inflacionario que está presionando el crecimiento económico y afectando el bolsillo de los trabajadores y de sus familias.

Por lo pronto, el mandatario norteamericano, Joe Biden, ha dado instrucciones al Departamento de Energía para liberar 10 millones de barriles de petróleo de la llamada Reserva Estratégica de Petróleo para aliviar a su propia economía.

El problema es que no todos los países tienen esa capacidad de reservas. Ahora mismo el foco de atención y tensión está concentrado en la Unión Europea (UE) las nueve rondas de sanciones contra el dictador ruso no han logrado detener la invasión a Ucrania, ni sentarlo, a negociar la paz.

Más bien se ha acelerado la caída de la economía global y el escenario apunta hacia otra recesión. Estamos viviendo un bucle de recesiones peligrosas que solo terminan polarizando a la sociedad, aumentando el abstencionismo, dinamizando las ideologías extremas y desencantando a los jóvenes que solo ven garras y fauces en su futuro.

Esta semana, el FMI avisó que dentro de unos días, volverá estimar a la baja el PIB mundial. Hasta el momento su previsión era de un crecimiento global del 3.2 por ciento para este año y del 2.9 por ciento en 2023.

A colación

El otoño y el invierno resentirán la situación de los petropecios y de los energéticos en general porque el gas lleva varias semanas presionando a las economías más dependientes de dicho insumo.

Tras el anuncio de la OPEP y Rusia, el escenario atisba una ralentización de la actividad económica mientras los ajustes alcistas de los precios de los energéticos seguirán trasladándose a los bienes, mercancías y los servicios. Ese espectro llamado inflación seguirá presionando a los bancos centrales para subir las tasas de interés.

Las consecuencias de esta crisis económica, shock de los energéticos y shock de otros ‘commodities’ harán que pasemos en el mediano y largo plazo a una nueva crisis financiera con bancos quebrando, fusionándose entre sí y otros rescatados.

Hay países con sus personas, familias y sector empresarial endeudados hasta los dientes. Mucha gente entro a financiarse aprovechando los tipos de interés tan bajos –durante largos años– al menos aquí en Europa.

Ahora esas deudas y su morosidad están creciendo rápidamente por los ajustes alcistas y lo están haciendo por encima de las posibilidades de los clientes endeudados, triplemente castigados, en su disponibilidad de ingresos: la inflación les penaliza su poder adquisitivo; el alza en las tasas de interés afecta su capacidad de pago por las deudas contraídas y la crisis económica castiga su posición como trabajadores con un ingreso que no crece, ni a la velocidad de la inflación, ni es elástico para soportar el incremento de los tipos de interés. La caja de Pandora está abierta…

@claudialunapale