POR LA ESPIRAL | Europa teme otra crisis financiera

La historia del rescate del Silicon Valley Bank y del Signature Bank, ambos intervenidos en un pispás, es todavía nebulosa porque no está del todo claro que su debacle se deba solo a su posición en bonos depreciados porque la FED lleva un año subiendo tasas de interés.

Foto: twitter

Claudia Luna Palencia

El fantasma de 2008 planea sobre del cielo europeo y lo hace levantando una enorme inquietud y estrella a las autoridades monetarias ante una nueva duda: ¿están los bancos europeos realmente fuertes para esquivar otra crisis financiera?

PUBLICIDAD

La crisis de las ‘subprime’, desatada en Estados Unidos e importada en Europa, fue tan dura que dejó una estela de recesión por más de una década con muchos altibajos económicos. El Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea maniobraron por muchos años para implementar una política de tasas de interés cero y de estímulos económicos para incentivar la demanda, el consumo y la inversión… para hacer que la rueca económica volviese a reactivarse.

Y vaya que demoró en reactivarse y en recuperarse la confianza. Lo más dramático es que, la Unión Europea (UE) apenas levantaba cabeza y entonces, llegó la pandemia en 2020; luego, la invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero de 2022 y ahora, la guinda del pastel: dos bancos norteamericanos rescatados así de repente.

La historia del rescate del Silicon Valley Bank y del Signature Bank, ambos intervenidos en un pispás, es todavía nebulosa porque no está del todo claro que su debacle se deba solo a su posición en bonos depreciados porque la FED lleva un año subiendo tasas de interés.

PUBLICIDAD

El más reciente ajuste alcista sucedió en febrero pasado, con un alza de 25 puntos base para quedar en un rango de 4.50 por ciento a 4.75 por ciento y la FED ya anticipaba otras más subidas a lo largo de este año con la finalidad de controlar la inflación.

Un año ha bastado para que dos bancos, como el Silicon Valley Bank y el Signature Bank, fueran una especie de primeras víctimas del alza de las tasas y al parecer no serán los últimos porque recientemente Moody’s ha colocado a seis bancos norteamericanos en un proceso de revisión con la finalidad de rebajar su calificación. No son buenas noticias.

Y para Europa, el escenario es más que intranquilizador. Las autoridades monetarias y los encargados de los ministerios de Economía y de Finanzas intentan calmar a los inversores, clientes y depositantes de la banca europea. Todos claman prudencia.

La gran pregunta es: ¿Qué tan expuestos están los bancos europeos a la crisis de Silicon Valley y del Signature Bank y de las otras instituciones de crédito que podrían caer en los próximos días? Nadie lo sabe en estos momentos a ciencia cierta porque los bancos están buscando entre sus cuentas cualquier vínculo directo e indirecto vía fondos o préstamos cruzados y las start ups, de todos los tamaños especialmente tecnológicas, de Fintech, ligadas con la salud y los microprocesadores están revisando si de alguna forma tienen algún tipo de contrato, de apalancamiento o financiamiento cruzado.

A colación

El temor al contagio es mayúsculo. Para Europa, sería la peor noticia en momentos en que una crisis económica se cierne sobre de Alemania y Francia, y otros países tienen problemas de crecimiento.

¿Son las tasas las culpables? Precisamente al respecto escribí varias columnas desde octubre pasado advirtiendo que pasar de tasas cero y una política monetaria laxa y de estímulos, a otra ortodoxa de tasas elevadas, tras más de una década de réditos bajísimos, traería consecuencias financieras.

Esto no es más que teoría económica y no falla sobre todo porque hemos durado una década en tasas cero y hasta negativas en Europa. Eso implica que personas, familias y empresas han financiado su consumo o bien su expansión aprovechando esos créditos baratos y bajos.

 Que las tasas reboten de la forma tan agresiva que lo han hecho, en el último año, han provocado un impacto fortísimo no solo en las instituciones de crédito también en todas las personas y empresas que están hasta arriba de deudas.

Esta vez no son las ‘subprime’, son las tasas de interés y también la codicia y el crecimiento desmedido en volumen de clientes y un mal manejo en la colocación de estos depósitos.

También evidencia que, pase lo que pase, ningún cambio en materia de supervisión o de regulación prudencial es suficiente cuando se trata de una institución de crédito. Siempre hay algo que falla.

En la Comisión Europea creen que no habrá un efecto de contagio porque hay solidez en los bancos europeos, los únicos que saben cómo está su situación son los propios bancos y su contabilidad paralela. Recemos porque no tengamos otra caída en dominó…